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Las 13 frases imprescindibles sobre crianza de Carles Capdevila que debes leer

Las 13 frases imprescindibles sobre crianza de Carles Capdevila que debes leer

Repasamos algunas de las mejores lecciones transmitidas por el periodista, fallecido hoy a los 51 años, en sus divertidas ponencias en clave de humor

Almudena Nogués

Viernes, 2 de junio 2017, 12:50

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Carles Capdevila ha fallecido este viernes a los 51 años de edad víctima de un cáncer que le fue diagnosticado hace dos años. Con él se va un reputado periodista -fue director del diario catalán Ara desde su fundación hasta 2015- y uno de los expertos en crianza y paternidad más populares de nuestro país. Y es que como padre de cuatro hijos, Capdevila estuvo volcado durante sus últimos años de vida en impartir charlas sobre educación que se hicieron virales gracias a su clave de humor. Colaborador habitual de la cadena SER en temas de infancia y adolescencia y autor de obras como 'Parir con humor' o 'Educar mejor. Once conversaciones para acompañar a familias y maestros' el periodista llegó a ser distinguido por Itunes como el 'Mejor podcast de Educación-Humor' en 2016 por su ingeniosa serie 'Educa Como Pueda' en la que reflexiona sobre la paternidad y sus efectos secundarios a través de monólogos cómicos.

Entre sus ponencias más destacadas -y virales- figura la que ofreció en 2015 el congreso 'Gestionando hijos', celebrado en Barcelona. Aquel monólogo arrasó en redes sociales y a día de hoy acumula cerca de dos millones de reproducciones solo en YouTube. ¿El secreto de su éxito? El tono empleado y el reproducir -con mucho ingenio y acierto- situaciones cotidianas a las que se enfrentan miles de padres a diario. El periodista defiende cinco sentidos a la hora de educar (el sentido común, el del humor, el del del deber, el del ridículo y el moral, referido a los valores), una filosofía que se ha convertido en fuente de inspiración y motivación para muchas familias.

A continuación, recordamos alguna de sus frases y reflexiones más detacadas. (Si tienes hijos, te sonarán...)

- He aquí su peculiar reinvención de la teoría de la relatividad: «Hace 19 años, esterilizábamos el chupete cada vez que pensamos que había rozado el suelo. Con el segundo, si el chupete había caído en un sitio muy sucio, lo pasábamos debajo del grifo. Con el tercero, si había caído en un sitio muy muy sucio y había al menos tres testigos, lo pasábamos un poco por la camisa».

- Sobre el exceso de información en Google para los padres: «Creo que Google es una maravilla y también una fuente de preocupaciones infundadas. La sobredosis de información, métodos y consejos pueden tener también consecuencias negativas. Nos puede acomplejar, nos rebaja la autoestima. Es mejor estar informado pero ser padre o madre requiere espontaneidad, alegría, seguridad, sentido común».

- Cómo enfrentarse a un adolescente: «El adolescente es un ser extraño que te dice que no ha hecho nada, no ha ido a ninguna parte ni ha quedado con nadie. Un adolescente no tiene ningún peligro porque es un ser que se pasa el día en ninguna parte, con nadie y haciendo nada / Somos muy pesados, queremos que nos entiendan todo el rato, pero un adolescente, por ejemplo, nunca te dará la razón. A veces hay que asumir que toca hacer algo y ya está. No hay que esperar a que nos den las gracias todos el rato».

- La importancia del humor en la educación en la criaza: «El humor es esencial en la educación de nuestros hijos; los padres supermotivados tenemos a veces ciertos complejos o angustias fruto de saber tanto y olvidamos esa misión más simple que es espabilar, controlar y divertirnos en este camino. La educación de mis hijos es lo más trascendente que haré para la Humanidad y hay que hacerlo divirtiéndose y para eso necesitas la distancia que te da la ironía, tomártelo muy en serio pero reírte de tus fracasos. Educar cada día es más difícil, pero no imposible, y si lo hacemos con sentido del humor a lo mejor nos sale bien.».

- ¿Ceder a sus caprichos?: «Nuestros hijos entienden que el mundo funciona según las reacciones que tengamos a lo que hacen. Cuando señale una piruleta y decidáis que no se la compráis, empiece a llorar y no se la compráis, se tire en el suelo y no se la compráis y se pone morado (por el berrinche) y no se la compráis y saca la lengua (ahogado) y se la compráis, este niño a sus amigos les dirá 'Me ha tocado una casa en la que hay que jugarse la vida, te compran la piruleta cuando estás al límite'».

¿Te cambia la vida ser padre?: «Si no quieres hijos, no los tengas, pero si los tienes hay que educarlos. Eso de querer ser padres pero la resistencia a que cambie tu vida me sorprende, porque es imposible y porque cambiar está bien. Esta obsesión por lo práctico No tener hijos es muy práctico. Tener hijos no es práctico, es apasionante, maravilloso, divertido, aventura fantástica. Tus amigos sin hijos el lunes presumen de que han ido al cine y tú has ido a urgencias».

El difícil término medio en el papel de los padres: «Educar tiene mucho que ver con la actitud y con el acompañamiento, no estar encima, sino al lado. Consolar sin entrar en su drama. Una madre tiene superpoderes y la sonrisa siempre es una aliada. La seguridad es un arma tan necesaria como infalible, un padre y una madre deben mostrarla, incluso fingirla. Si transmites dudas, alargas la agonía».

Los segundos y terceros hijos...: «Si Einstein hubiese tenido tres hijos, en lugar de dos, además de la teoría de la relatividad podría haber popularizado el Teorema de Nikon, según el cual al primer hijo le harás tantas fotos en el primer mes como al segundo hijo en su primer año, y como al tercero en toda su vida».

La presión del entorno y las preguntas impertinentes: «Tras el primer bebé, empieza la campaña popular, ¿Qué, a por la parejita? Si el segundo repite sexo, tu entorno se pone de acuerdo: ¿y no os gustaría probar a ver si os llega una niña?. La única especie a la que parientes y vecinos dejan en paz es la pareja que tiene dos hijos, y son niño y niña. Se les considera paradigma de la normalidad, del éxito, y simplemente se les felicita y se les envidia a partes iguales. A no ser que decidan ir a por el tercero. En este caso ya no les preguntarían si lo buscaban. Daría por hecho que no, y con una sonrisa pícara les dirían: ¿menudo patinazo, no?

¿Padres relajados o despreocupados?: «Desde que abandonan el pañal (ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchamos del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, os padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar, y nos desentendemos hasta que nos toca ir a buscarlos de madrugada en la disco. Ahora que por fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, nos echamos una siesta educativa de diez o doce años.

Educar en valores, dando ejemplo: « La mejor forma de transmitir valores a tus hijos es tenerlos como padre. Los valores se pasan mediante contagio, y muchas veces esperamos de nuestros hijos cosas que nosotros no hacemos. Un gran ejemplo es el uso del móvil. Nos disgusta mucho que se pasen el día enganchados, pero nosotros somos los primeros en no soltar el aparato. Los sermones no sirven para educar en valores, solo sirve el ejemplo».

La comunicación, clave: «Creo que los hijos nos tienen que ver en la vida real, por ejemplo en el trabajo. Lo que sucede actualmente es que los niños saben que sus padres desaparecen durante horas, pero no saben qué hacen exactamente. Yo reivindico que nuestros hijos vivan nuestra vida de adultos, y que pringuen también, que no todo sea tan pedagógico. No siempre tiene que haber un adulto que le diga qué hacer, porque eso les coarta su libertad. Nuestros hijos tienen que ser niños y equivocarse, pero también deben entender cómo funciona la vida de adultos».

El fútbol y los padres: «El fútbol para niños es una actividad maravillosa, solo tiene un problema: los padres. Éstos padres se convierten en árbitros, entrenadores y taxistas. Sus hijos son siempre Cristianos Ronaldos y Messis, no se conforman con que los niños se lo pasen bien, tienen que ser estrellas del fútbol... y así es como el deporte se convierte en un absurdo campo de batalla».

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