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La cocaína y el cannabis provocan daños vasculares y en la salud mental, respectivamente.
El consumo de cocaína y cannabis se dispara al reducirse el temor a sus riesgos

El consumo de cocaína y cannabis se dispara al reducirse el temor a sus riesgos

Los casos de adicción a estas sustancias atendidos en Málaga se multiplican en una década

Alvaro Frías

Martes, 9 de mayo 2017, 01:17

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Regresaba de fiesta cuando embistió con su coche a un pelotón de seis ciclistas. Dos de ellos murieron y otros tres sufrieron heridas graves. La conductora dio positivo en consumo de alcohol y drogas. El suceso ha ocurrido este mismo fin de semana en Valencia y es un ejemplo más de cómo se ha extendido el consumo de estupefacientes, sobre todo de cocaína y cannabis, en los últimos años, convirtiéndose ya no sólo en sustancias que se relacionan con el ocio, sino que forman parte del día a día de cada vez más personas. De hecho, las atenciones por estas sustancias se han disparado en la provincia de Málaga en los últimos años. El motivo: la reducción de la percepción de los riesgos que hay por su consumo.

Los datos que recoge el Centro Provincial de Drogodependencia (CPD) así lo demuestran. Mientras que el alcohol sigue acarreando la mayoría de las consultas, entre las sustancias que no están permitidas destacan la cocaína y el cannabis. Sólo en 2016, en el CPD atendieron en la provincia a 1.135 personas con problemas con estas dos drogas, lo que supone un incremento de un 54,6 por ciento en los últimos diez años.

Entre ellas se impone la cocaína 675 atenciones en el CPD el año pasado. Por ejemplo, en la asociación Proyecto Hombre la asistencia a personas con problemas con esta sustancia supusieron el 70 por ciento de su trabajo en 2016. Su directora en Málaga, Belén Pardo, explica que la amenaza es que se trata de una droga que puede no consumirse a diario. «Por ejemplo, la heroína es muy adictiva y en muy poco tiempo necesitas consumirla a diario». «La coca crea una falsa sensación de control», apunta.

Juan Jesús Ruiz, responsable del CPD, coincide en este aspecto y señala que el consumidor de cocaína comienza poco a poco. Al respecto, indica que esta persona empieza los fines de semana cuando sale tomando una raya y acaba con un problema grave de adicción, ya que la tolerancia va en aumento y acaba teniendo que ingerir cada vez más.

Como bien aseguran estos expertos, la cocaína ha dejado de ser lo que antiguamente se consideraba una droga de élite y su consumo se ha extendido. Por ello, aunque inciden en que hace falta un cierto poder adquisitivo, advierten de que atienden a toda clase de personas con problemas con esta sustancia.

Entre ellas a usuarios que tienen profesiones liberales y deben trabajar durante muchas horas seguidas al cabo del día. «Al tomarla te da una sensación de control y concentración, por lo que muchas veces incluso la consumen mientras están en activo», expone la directora de Proyecto Hombre.

Pardo dice que la gran mayoría de personas que atienden por esta sustancia son hombres con una estructura sólida tanto familiar como laboral alrededor, pero que sin embargo viven una doble vida. Precisa que «no acuden a pedir ayuda hasta que se produce un quiebro en su vida personal o laboral».

En cuanto al consumo de cannabis, las cifras son alarmantes. En el CPD atendieron a lo largo del año pasado a 460 personas por problemas derivados del consumo de esta sustancia, lo que supone un 142 por ciento más que hace diez años.

El responsable de este organismo provincial explica que en este caso el perfil de las personas atendidas es diferente, aunque, al igual que en el caso de la cocaína, pertenecen a todos los estratos sociales. «Es la droga que más se está imponiendo y la consumen muchos jóvenes, con una edad media de iniciación de 15 años, pero también otras muchas personas que fuman cannabis al acabar la jornada laboral en casa», expone Ruiz.

De hecho, si en el caso de la cocaína hay algún temor por su consumo, en el del cannabis es casi imperceptible. Así lo consideran los expertos consultados, quienes recuerdan que hay consecuencias para la salud.

José Manuel Burgos, médico forense en el Instituto de Medicina Legal de Málaga, explica que cada vez más se dan casos de brotes psicóticos producidos por el cannabis. «Al conocer que trabajaba en estos asuntos hace poco un amigo me pidió que fuese a buscar a su hijo de 22 años, estudiante en Granada, porque tuvo problemas con esta sustancia. Ingresó hace algo más de dos meses y desde entonces está en tratamiento», dice.

Juan Jesús Ruiz afirma que el cannabis es una sustancia facilitadora de cuadros psicóticos. En este sentido, expone que si una persona presenta una patología de base, «tiene más papeletas de que le toque si la consume. Estos cuadros revierten en su mayoría, pero algunos se quedan».

En cuanto a la cocaína, los daños son más físicos que a nivel mental, ya de por si bastante importantes. El forense Eduardo Ramos vincula el consumo de esta sustancia con problemas a nivel cardiovascular. Explica que al tomar esta droga se producen cambios en este sistema que dan lugar a arritmias que pueden acabar en una muerte súbita. «Para ello no hace falta estar consumiendo durante años, sino que puede pasar a los pocos meses y tomándola solo fines de semana, al ser estos cambios referidos independientes de la dosis histórica consumida», concluye.

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