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Duterte promete conceder el perdón presidencial a quienes maten a traficantes.
El Harry el Sucio filipino

El Harry el Sucio filipino

Rodrigo Duterte, el nuevo mandatario del país, pide a la población que acabe con los traficantes y adictos a las drogas. Han muerto 30 en cinco días

ZIGOR ALDAMA

Miércoles, 6 de julio 2016, 00:35

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Nadie puede negar que Rodrigo Duterte sea una persona honesta. Dice exactamente lo que piensa, y no duda en actuar de forma consecuente. Lo ha demostrado nada más haber jurado su cargo como nuevo presidente de Filipinas, un país en el que la gente le votó en masa para que cumpliese con su promesa de combatir el crimen sin cuartel. Y vaya si lo está haciendo. Pero tampoco se puede negar que Duterte sea un psicópata. Se ha ganado a pulso la etiqueta de 'político más polémico del mundo', e incluso ese adjetivo se queda muy corto para describir una de las primeras medidas que ha puesto en marcha. Porque, ni corto ni perezoso, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que acabe con el tráfico de estupefacientes y la drogadicción con una fórmula que considera tan sencilla como efectiva: matarlos a todos.

Como suena. Duterte ha dado carta blanca para eliminar, de la forma que cada cual crea conveniente, una de las lacras que más afectan al desarrollo de la excolonia británica. Comenzó prometiendo inmunidad a las fuerzas de seguridad que matasen a los narcotraficantes, y tras su investidura el pasado jueves hizo extensiva su propuesta al resto de la población. Además, entre los grupos susceptibles de ser asesinados sin peligro de sufrir el castigo de la ley incluyó también a los drogadictos y a los delincuentes en general. «Estos hijos de puta están destrozando a nuestros hijos. Si conocéis a algún adicto, id vosotros mismos y matadlo, porque pedirles a sus padres que lo hagan sería demasiado doloroso», afirmó en una charla que dio en una de las barriadas de la capital, Manila.

Lógicamente, no han tardado en saltar quienes consideran que la iniciativa de Duterte es más propia de 'Harry el Sucio' que de un presidente, y que atenta contra la Constitución. Pero Duterte no se amilana. «Hay una línea en nuestra Carta Magna que recoge claramente uno de los derechos del presidente: el perdón que puede conceder a quienes hayan sido sentenciados por los tribunales. Prometo que quien quiera que reciba una condena por matar a algún elemento relacionado con el crimen contará con ese perdón», afirmó hace unos días.

De momento no ha tenido que utilizar ese poder que se le otorga, pero es posible que no tenga que esperar mucho para hacerlo: en los primeros cinco días de su mandato ya han sido asesinadas 30 personas presuntamente relacionadas con las drogas. Y la Policía asegura que la estrategia está siendo todo un éxito, porque el miedo ha logrado que otro millar de delincuentes se haya entregado a las autoridades para evitar que acaben con sus vidas. Junto a ellos se han requisado diferentes tipos de estupefacientes que habrían alcanzado un valor de 19 millones de euros en la calle. Si también se incluye a los violadores y a los ladrones que han sido acribillados, el número de víctimas mortales asciende a cien desde que se celebraron las elecciones, el pasado 9 de mayo. Curiosamente, la ciudadanía aplaude con regocijo.

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