Los superpoderes del vino

«El vino, hasta con gaseosa». Así se expresa Joaquín Gálvez, presentador de televisión, enólogo, productor y apasionado de los caldos, que asegura que el vino es su forma de vida, «una pasión infantil» adquirida cuando veía disfrutar a su padre con distintos tipos de caldo. Llevado por la curiosidad, empezó a interesarse por los «secretos» de este «alimento», y viajó a California, donde estudió la viticultura. «Me dieron una forma de entender la elaboración del vino muy distinta a la técnica que se empleaba en España», explica, aunque después completó sus conocimientos en bodegas de La Rioja y sur de Francia.

Con todo este bagaje buscó una zona productora «que no tuviera reputación». Y en 1996 llegó al sureste de la Península, donde conoció Jumilla, cuyos vinos en aquellos años, confiesa, no le gustaban. Aplicó todos sus conocimientos a la producción y en tan solo cuatro años, en 2000, consiguió que el vino de Jumilla recibiera el reconocimiento al Mejor Tinto de España en el Reino Unido y que fuese uno de los cien mejores del mundo en Estados Unidos.

Joaquín Gálvez atribuye el éxito obtenido a que «la uva se siente muy a gusto en el Mediterráneo». Sin embargo, no se obtenían buenos productos porque no había buenas condiciones de conservación. Mientras que en La Rioja o en Burdeos se cuenta con bodegas subterráneas, en el caso francés excavadas por los romanos, en el levante español no había lugares óptimos para el envejecimiento. Pero esto se solventa actualmente con tecnología y naves preparadas, «porque al final lo más importante es tener una fruta sana, dado que unas las buenas condiciones siempre se pueden reproducir».

Pero la inquietud de este enólogo es transmitir sus conocimientos al gran público. «Que la gente joven pierda el miedo a consumir vino y que se supere la barrera de renunciar a probarlo si no eres un entendido», explica. Y así puso en marcha 'Wineman', un programa de reportajes para televisión emitido en varias cadenas que este año estrena su segunda temporada. En él lleva al telespectador por las principales zonas productoras, desde el cultivo de las cepas hasta la crianza de los reservas.

El experto aconseja descorchar una botella y paladear su contenido, eso sí, con moderación. «Del vino hay que disfrutar igual que del cine, sin necesidad de que un crítico te diga lo que tienes que ver. Se tú tu crítico», anima, porque «para entender de vino no hay que llevar muchos años catando». Y en el caso de no acabar la botella, «no pasa nada por guardarla a medias en la nevera. Muy fría, porque ahí no se va a oxidar».