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La portada del libro de Pablo Iglesias sobre la serie se expone en Barcelona.
El trono de Pablo Iglesias

El trono de Pablo Iglesias

El líder de Podemos no es el único que ve un reflejo de la política actual en 'Juego de Tronos', la serie que le ha regalado al Rey y que siguen Cameron y Obama

julia fernández

Domingo, 19 de abril 2015, 00:32

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Primero habló de asaltar el cielo, en un claro guiño al filósofo comunista Karl Marx. Ahora, promueve ocupar el Trono de Hierro, nacido en la imaginación del escritor de literatura fantástica George R. R. Martin. Pablo Iglesias, el líder de Podemos, continúa con su estratégica 'escalada belicista' para llegar al poder y no duda en echar mano de todo tipo de recursos, incluidos, claro está, los más populares. Este miércoles se presentó ante el Rey con un «regalo». «Creo que le aportará algunas claves para entender la política española», le soltó a don Felipe con una sonrisa, consciente del golpe de efecto que iba a dar en los medios «rompiendo el protocolo».

En la mano, el hombre que ha revolucionado el panorama español en menos de un año, que tiene mucho mérito, llevaba un paquete con las cuatro temporadas de 'Juego de Tronos'. «No la he visto», confesaba sin prejuicios el soberano. Iglesias, en cambio, se la tiene hasta estudiada. La producción de David Benioff y D. B. Weiss es una de las debilidades del líder de la formación morada, que comparte, por ejemplo, con el demócrata Barack Obama y el 'tory' David Cameron. Esta semana se ha estrenado su quinta temporada. En EE UU, donde la emite la cadena HBO, ocho millones de personas siguieron el domingo el primer episodio, un récord histórico. En España, Canal + tiene los derechos de radiodifusión, aunque es más que evidente que su audiencia supera con creces a los abonados a esta plataforma.

Al líder de la nueva izquierda española, lo que le ha hechizado de 'Juego de tronos' es su trasfondo de lucha por el poder y su traslación al panorama actual. Para quien no la haya visto, como don Felipe, la producción se ocupa de unas violentas luchas dinásticas que surgen entre varias familias nobiliarias -los Lannister, los Bargatheon, los Stark y los Targaryen, por mencionar las que les sonarían incluso a los no iniciados- por el control del Trono de Hierro.

La pregunta es obligada: ¿se puede aprender política con ella? Iglesias hace tiempo que defiende que sí. Era uno de los materiales didácticos que usaba en la Universidad Complutense. Cuentan que los debates con sus alumnos eran de lo más apasionados. Y a finales del año pasado publicó 'Ganar o morir', un ensayo en el que se teorizaba sobre la serie. «Es genial para entender a Max Webber, a Maquiavelo, a Gramsci... Para entender lo que significa la responsabilidad de Estado y la legitimidad», asegura.

De Madrid a Washington

No es solo cosa suya. En su partido hay otros miembros que coinciden en lo mismo: el secretario político, Íñigo Errejón; el de Participación Interna, Luis Alegre Zahonero; y el de Proceso Constituyente y Programa, Juan Carlos Monedero (no le crean si le oyen hablar mal de Iglesias a cuenta de la serie, es parte de su juego dialéctico). Pero también fuera de la formación. Es el caso de Tania Sánchez, que es su exnovia y participa en el libro, pero que en varias ocasiones ha confesado que se siente identificada con la Khaleesi, una mujer que disputa el poder de «formas y normas distintas a como se ha hecho». A ella le ha costado la salida de IU.

Suena todo muy abstracto, pero fuera del círculo morado lo ven igual. El asesor de comunicación y consultor político Antonio Gutiérrez-Rubí explica que «cuando hablamos de política, hablamos de ideas, de acciones pero también de emociones, de sentimientos, de valores, de relaciones, de empatía y, en otro orden de cosas, de estrategia». Y todo ello está presente en 'Juego de tronos'. «En la serie, al igual que en Washington, facciones rivales cargadas con dinero en efectivo están luchando por su supervivencia política, con los ojos puestos en el premio mayor», apostilla Walter Hicklye.

Este periodista económico estadounidense defiende, incluso, que se pueden extraer diversas lecciones. ¿Por ejemplo? «Financiarse endeudándose hasta las cejas es muy arriesgado». En la serie, el rey Robert Baratheon está atado por las obligaciones contraídas con el Banco de Hierro de Braavos -sí, suena a Banco Central Europeo-, temible en cuanto al cobro de deudas. En el mundo real, no hay que mirar muy lejos: la Troika es la que dirige, en mayor o menor grado, el destino de los países rescatados al imponer, por ejemplo, límite de gasto.

También es cierto que «el dinero es muy importante para el éxito político», sostiene Hicklye. En EE UU, «el candidato más rico es el que gana las elecciones nueve de cada diez veces».

En España también pasa. Es indudable el papel que juegan las campañas de los partidos, si no, no dedicarían tantos recursos económicos a ellas. Y no llega igual un mensaje en una octavilla que a través de un canal de televisión. La serie también constata que «siempre es bueno tener una 'sorpresa de Octubre'», que viene a ser un as en la manga para sacar en el sprint final del camino a las elecciones. En la serie es la pólvora, aunque no destriparemos nada más. Veremos qué trama Podemos, cuya máquina de propaganda está perfectamente engrasada para derrotar a su acomplejado y poco carismático Stannis Baratheon del mundo real, que no es otro que Mariano Rajoy.

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