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«Con Rafael me pasé»

«Con Rafael me pasé»

Toni Nadal revela las claves del éxito de su sobrino, a quien motiva con citas de Bécquer, Churchill y Obama: «El tenis solo es un juego»

daniel vidal

Sábado, 18 de abril 2015, 00:12

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Papá, ¿a Rafael, cuando era pequeño, también le decías todas estas cosas, le decías que lo hacía mal?». La pregunta no le pilló desprevenido a Toni Nadal (Manacor, 1960), que llevaba un par de días dándole la chapa a su hijo sobre lo mal que estaba jugando al fútbol y al tenis, después de tantos años de entrenamiento. Y el crío, que estaba hasta el gorro, no dejaba de resoplar. «No, hijo», respondió el tío y entrenador de Rafa Nadal. «A Rafael no le decía lo mismo que a vosotros. Se lo decía multiplicado por mil. Pero él lo aceptaba porque quería aprender y mejorar. Quería ser bueno. En cambio tú no quieres mejorar. No te preocupes, que no te lo diré más. Contigo seré más cuidadoso». Así relata Toni Nadal una anécdota «simple y de mi vida cotidiana», pero «primordial» para explicar lo que considera «una correcta formación». Es decir, «que mis pupilos identifiquen sus propias carencias y las acepten. Pero no para resignarse, sino para prosperar. Esta actitud tiende a considerarse cruel hoy en día, pero crueldad es lo que se hace con desprecio, con malos modos, con malos tratos. No lo que se hace con carácter aleccionador, con intención de ayudar», explica el propio Toni Nadal en Todo se puede entrenar (Alienta), donde revela las claves del éxito del tenista. Sus hijos no tienen «las mismas habilidades» que el primo campeón, pero esa es otra historia.

Rafa no solo empezó a entrenar el saque, el revés y el liftado desde los cuatro añitos. El esfuerzo, la disciplina, la humildad y el sacrificio también forman parte del plan de trabajo diario. «¿Cuál es tu meta? Si quieres ser campeón de Manacor, ya nos podemos ir a casa. Si quieres ser campeón de Baleares, hay que seguir entrenando», le decía cuando era un mocoso. «Y para ser campeón de España, aún tendrás que esforzarte mucho más, Rafael». Rafa es el famoso, el de las portadas. Para Toni es Rafael, por mucho que se haya convertido en el deportista español más importante de todos los tiempos. Tío y sobrino siguen siendo «como padre e hijo, como marido y mujer». Una relación que, a pesar de atravesar momentos críticos, «nunca en la vida nos planteamos romper». Y eso que Toni llegó a «tensar demasiado la cuerda» con su alumno más aventajado: «Sí, con Rafael me pasé. Es difícil no hacerlo cuando exiges tanto».

Aunque también se divirtió. Para el pequeño Rafa usted era Natali, un brujo y deportista que jugó en el Milan junto a Macarroni y Tortellini y que provocaba lluvia para ganar un partido...

Le contaba esas cosas y era una manera de divertirnos cuando era niño. Te tiene que divertir lo que haces. Es fundamental. La exigencia, además, tiene que ir acompañada de reconocimiento, cuando las cosas se hacen bien, y de estima. Yo no podría ser duro y exigente con alguien por quien no sintiera aprecio. Ahora recordamos aquellas brujerías para reírnos. Él se lo creía todo.

«Yes, we can»

También atendía Rafa, ya siendo un as de la raqueta, las citas célebres que le repetía machaconamente el letrado de su tío antes de los partidos. A Toni Nadal le encanta Javier Marías, pero en la cancha se utilizan muchas de Churchill, otras de Mandela y de Gandhi y hasta el archiconocido yes, we can con el que Obama ganó sus primeras elecciones presidenciales. A Rafa, aquel yes, we can le sirvió para superar en dos horas unas terribles molestias físicas que parecían mermarle para jugar la final del Open de Australia del 2009. La que acabó ganando contra Federer. Toni también utiliza poesía si hace falta controlar la ambición de su sobrino: la rima 67 de Bécquer es una de sus armas preferidas, esa que termina Qué hermoso es cuando hay sueño / dormir bien... y roncar como un sochantre / y comer... y engordar... ¡y qué desgracia / que esto solo no baste!.

Cuando ya has ganado más fama y dinero del que nunca soñaste, las lesiones no te respetan y tienes el peor puesto ATP desde hace dos años ¿Cómo se motiva a un campeón, diez años después, para volver a ser el mejor?

La motivación sale del agradecimiento. Rafael está agradecido de cómo le ha tratado la vida y eso le hace seguir adelante. Su compromiso, la búsqueda de la satisfacción personal, también le ayuda. Pero, sobre todo, Rafael aprendió pronto aquello que dijo Quevedo: «El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos».

Y aunque Rafa se propuso un día pasar a la historia, el tío Toni siempre trató de quitar hierro al asunto: «Rafael le decía, eres el número 1 del tenis. Pero esto solo es un juego. Nadie tiene razones suficientes para sentirse especial».

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