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¿'Selfie stick' o paloselfi?

¿'Selfie stick' o paloselfi?

La Fundación del Español Urgente (Fundéu), que vela por la salud de nuestra lengua, cumple diez años; no descansa ni en domingo y resuelve hasta «dudas de borrachera»

julia fernández

Domingo, 8 de marzo 2015, 16:51

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Tiene más de 41.000 'followers'. Perdón, seguidores. Su primer 'tweet' -esto, tuit- lo lanzó el 30 de septiembre de 2010. Y a finales del año pasado se hizo su primer selfi, sin e. Como una 'celebrity'... Queremos decir, celebridad. La única diferencia es que ésta no es de carne y hueso.

Hablamos de la Fundación del Español Urgente. Igual les suena más por su acrónimo: Fundéu. Se trata de una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es sacar lustre al castellano impulsando su buen uso. ¿Cómo? Pues sin alharacas, que pese a su raíz árabe, «no consta» que sea un barbarismo. Esta entidad es como ese amigo que se sabe casi todas las respuestas del 'Trivial'. Eficaz y rápida. Además, acaba de cumplir años. Diez, desde que aquel 8 de febrero de 2005 recogiera el testigo del veterano Departamento de Español Urgente, creado en 1980.

La entidad tiene como objetivo ser una herramienta de trabajo para todos aquellos profesionales que trabajan con la lengua: «Periodistas, traductores, profesores...». Aunque en los últimos tiempos hayan notado que también ha crecido el interés de otras personas cuya ocupación nada tiene que ver con el idioma, pero que son curiosas... «O tienen un blog y usan a menudo las redes sociales para expresarse», apostilla Javier Lascurain, coordinador general de Fundéu.

Este madrileño tiene una visión optimista cuando se le pregunta por el estado de salud del español. «Cada vez hay más gente a la que le gusta hablar y escribir correctamente», se sincera este doctor (por cierto, con minúscula, como maestro y licenciado). Y algo debe saber quien trabaja en una oficina a la que llegan dudas, preguntas y hasta réplicas a todas horas. «¡Te atendemos los siete días de la semana!», proclaman en su cuenta de Twitter.

Y es verdad. Los fines de semana se organizan para que siempre haya alguien dispuesto a resolver cualquier clase de cuestión. «A veces no tienes tiempo de nada», explica Yolanda Tejado. Ella es la 'comunity manager' (digamos mejor «gestora de redes sociales»). Tiene 30 años y entró en la fundación «como becaria en 2007». Es la más joven de un equipo formado por otras nueve personas donde hay «periodistas y especialistas en la lengua», apunta Lascurain.

2.000 recomendaciones

Van por delante de la RAE, que luego decidirá si algunas palabras las incluye en la edición siguiente de su diccionario o fueron solo una moda, como podría pasar con el postureo de los hípsteres. Todas las mañanas se reúnen para organizarse. «Cuando detectamos palabras o usos nuevos, los seguimos, estamos atentos y si vemos que empieza a reflejarse en los medios de comunicación, siempre es ese nuestro rasero natural, hacemos una recomendación», apunta Lascurain. En la web tienen colgadas más de 2.000.

¿Y un fin de semana qué preguntas hace la gente? Pues de todo. A veces son más serias y otras, «dudas de borrachera». Lo admiten hasta los propios usuarios, como en aquel tuit de hace unos años en el que preguntaban cómo se denomina al ruido que emiten las langostas. Si no lo saben, no se apuren. La Fundéu tampoco encontró respuesta.

Al equipo no le molesta que le corrijan. Tengan razón o no. «Admitimos todo tipo de sugerencias», confiesan. Y establecen debates (casi como el del estado de la nación, todo en minúsculas otra vez) que se pueden ver, sobre todo, en Twitter, donde la gente se suelta la melena. Es a través de esta herramienta y el correo electrónico por donde reciben más consultas: «Entre 120 y 150 diarias». Luego, está la web, su perfil de Facebook...

Una caja de bombones

Y hasta está el teléfono.

Fundéu.

Hola. Tengo una duda. ¿Hay otra forma de decir wearables al referirnos a esos cacharros electrónicos?

Tecnología ponible.

Ni dos minutos tardan en responder. «A veces, si tenemos dudas, pedimos el número y llamamos después», apostilla el coordinador general de Fundéu. También reciben llamadas peculiares. «Una vez nos pidieron que reprendiéramos a los políticos por cómo hablaban», cuenta Lascurain. En otra ocasión, «al ver que nos llamábamos Fundéu BBVA, nos preguntaron por las condiciones de un crédito».

De esto último, no tenían ni idea, pero lo que sí dominan es lo de las apuestas. No saben cuántas cenas y copas habrán ayudado a ganar. El problema es que luego no se acuerdan de ellos... Salvo una agradecida usuaria habitual: «Todos los años nos manda una caja de bombones». Un dulce punto final. Sin y.

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