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Catalá, el pasado domingo, en su homilía en el oratorio de las Penas. Eduardo Nieto
Las Penas sigue dividida tres años después de la intervención

Las Penas sigue dividida tres años después de la intervención

Los anteriores dirigentes califican de «injusto» que el obispo les culpabilice de retrasar la normalización en la cofradía

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Jueves, 1 de marzo 2018, 10:40

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Tres años acaba de cumplir la Hermandad del Cristo de la Agonía y la Virgen de las Penas intervenida y la división interna en la corporación del Martes Santo lejos de solucionarse se mantiene sin visos de que pueda encontrarse una solución. El pasado domingo, durante la función principal en honor al Señor, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, hizo una llamamiento a la unidad y urgió a «normalizar cuanto antes» la vida de la cofradía pero también lanzó un ataque al responsabilizar a los anteriores dirigentes de la corporación -entre ellos el que fuera hermano mayor Francisco Calderón y su teniente de hermano mayor, Jesús Mesa-, a los que se refirió como «los encausados, de dilatar la resolución por presentar ante la Santa Sede recursos contra las sanciones impuestas por la autoridad eclesiástica.

En este sentido, cabe recordar que el Vaticano dio la razón a Calderón obligando a Catalá a revocar su decisión, aunque el prelado ha abierto un nuevo proceso para sancionar al que fuera hermano mayor de las Penas.

Tanto Calderón como Mesa declararon a este periódico que les parece «injusto» que el obispo les culpabilice de retrasar la normalización en la cofradía y anunciaron que van a llegar hasta el final tanto por la vía religiosa como por la civil ante «el atropello cometido y el absoluto desaguisado llevado a cabo por el obispo y Antonio Coronado (actual vicario general y anterior delegado de Hermandades y Cofradías)».

«No hemos retrasado intencionadamente nada. Simplemente, hemos intentado defendernos, con los escasos medios que tenemos, de un proceso con muchas, muchísimas irregularidades. La Santa Sede ya archivó la causa, obligando al obispo a revocar y es el comisario, con el consentimiento del mismo obispo, quien vuelve a iniciar otro proceso, para estupor de muchos», manifestó Mesa.

El que fuera primer teniente de hermano mayor calificó de «surrealista» que Catalá hable ahora de trabajar en serio para normalizar la situación interna cuando se han cumplido tres años de intervención y sostuvo que el comisario nombrado para regir la hermandad, Manuel Gordillo, «no ha sido capaz de unir» a la cofradía.

Calderón, por su parte, culpabilizó de la prolongación de la intervención a la iglesia y afirmó que lo único que ha hecho ha sido ejercer su legítimo derecho a la defensa. El ex hermano mayor se mostró muy crítico con la gestión de Gordillo y lamentó que el obispo de Málaga no le haya siquiera respondido a las dos cartas que le envió -una de ellas el Año de la Misericordia- «pidiéndole perdón por si lo hubiera ofendido y asumiendo las responsabilidades».

Francisco Calderón explicó que tiene abierto un expediente y que se siente «indefenso» y denunció que tanto él como otros antiguos responsables de la hermandad llevan tres años de «persecución y pesadilla».

Por su parte, el comisario de la hermandad, Manuel Gordillo, se limitó a decir que la situación interna es «de tranquilidad y normalidad, dentro de una situación excepcional», que aún no hay fecha para las elecciones y que el día a día de la cofradía está centrado ahora en la preparación de la estación de penitencia del próximo Martes Santo.

El 28 de noviembre de 2014 se deberían haber celebrado las elecciones para elegir a una nueva junta de gobierno en las Penas, a la que se presentaron dos candidaturas: la de Jesús Mesa y la de Antonio Alés. Sin embargo, la autoridad eclesiástica paralizó el proceso después de que la lista de Alés solicitara amparo al Obispado con el argumento de que no podía acceder al censo de hermanos mientras que la junta de gobierno en funciones esgrimió preceptos legales de la Agencia de Protección de Datos para no facilitarlos. Después de las fiestas navideñas de aquel año, en enero de 2015, Jesús Catalá intervino la cofradía.

Tras ello, se produjeron episodios como el recurso de Calderón a la Santa Sede -el de Mesa no fue aceptado porque se esgrimió un defecto de forma- en el que el Vaticano le dio la razón; la apertura de un nuevo expediente sancionador; o la demanda por injurias que el exhermano mayor y el ex primer teniente de hermano mayor presentaron contra Manuel Gordillo, Antonio Coronado, y el que fuera vicario general de la diócesis, José Ferrary.

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