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La presencia de los militares en las procesiones es parte consustancial de la Semana Santa de Málaga, no resulta un añadido o un elemento distorsionador. Aun respetando la opinión de los que cuestionan que las fuerzas armadas participen en los cortejos religiosos, esa vinculación está muy arraigada y se encuentra más que justificada. La conexión de La Legión con Málaga, acompañando al Cristo de la Buena Muerte, volvió a confirmarse ayer. Hay cuestiones que de evidentes no admiten discusión. Y una es que los caballeros legionarios levantan pasiones y echan a la calle a decenas de miles de personas que con tal de ver lo más cerca posible a esos militares de verde uniforme no les importa esperar varias horas en el mismo sitio. Hoy por hoy, no se entendería al Cristo de la Buena Muerte sin los sones de ‘El novio de la muerte’, un cuplé reconvertido en himno que hace las delicias del público, que no se cansa de escuchar cómo los legionarios dice eso de ‘Nadie en el tercio sabía...’

Los militares cumplen una importante labor en tiempos de paz. La función de La Legión y del resto de cuerpos que ejercen labores humanitarias por diferentes puntos del mundo pone de manifiesto que su tarea permite salvar vidas y proteger a los que se encuentran en riesgo por distintas situaciones adversas. De trabajar hasta la extenuación cuando sucede una catástrofe –terremotos, huracanes, inundaciones, incendios, accidentes, etcétera– sabe tanto como el que más la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Estos efectivos están sobre el terreno arriesgando la piel en beneficio de la población damnificada por un suceso de grandes dimensiones. Por eso, fue muy merecido y ganado a pulso el reconocimiento que el Ayuntamiento de Málaga ofreció ayer a la UME, en un acto celebrado en el Museo del Vino, minutos antes de la salida de la Hermandad de Viñeros. Ese homenaje se hizo en agradecimiento a la incansable tarea que realizaron miembros de la UME en el intento del rescate del malagueño Jorge Gómez Varo, cofrade de Viñeros desde su infancia, que fue una de las personas fallecidas en el terremoto registrado en México el pasado mes de septiembre.

El teniente coronel Isaac López García, el comandante Álvaro Martín Molina y el capitán Matías Lacal Vázquez de la UME fueron detrás del Señor de Viñeros en la procesión. Tanto el comandante como el capitán estuvieron en México y participaron en las labores de rescate de Jorge Gómez Varo. Si no acudieron más efectivos fue porque la Unidad Militar de Emergencia se encuentra inmersa en la campaña de prevención de incendios forestales en verano. Es de alabar el trabajo que desarrollan los integrantes de la UME. Sería positivo que los lazos de unión con Viñeros se estrechen como sucede con el Arma de Caballería y la Hermandad del Cristo de los Milagros y la Virgen de la Amargura . Así, la banda de guerra de la Brigada Castillejos 2 desfiló en la cabeza de cortejo procesional. También hubo una representación de la Aviación con la Misericordia y de la Marina con Mena.

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