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Jóvenes haciéndose una foto con un legionario.
"Quiero ser fusil, y que me bailen así": así son los 'selfies' con los legionarios

"Quiero ser fusil, y que me bailen así": así son los 'selfies' con los legionarios

Los legionarios que hacen la guardia del Cristo de la Buena Muerte durante estos días son objeto constante de 'selfies', halagos, reportajes fotográficos y piropos

Iván Gelibter

Martes, 22 de marzo 2016, 20:18

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"Ve tú"; "no, no, mejor vas tú"; "yo paso, a mi me da fatiga"; "bueno vale, voy yo, que si no, no nos hacemos la foto en toda la tarde". Andrea, Lucía y Cristina decían 'foto', cuando la realidad es que se referían a un 'selfie'. Llevaban un buen rato discutiendo quién de las tres se atrevía a hablar con cualquiera de los legionarios "guapos" para pedirle que posara. Para ellas, que son de Álora y no vienen habitualmente a la Semana Santa de la capital, era la primera vez que acercaban a ellos para tener un recuerdo. "Venimos porque nos encantan los legionarios, porque son supertípicos y porque además algunos de ellos están muy buenos", aclaran.

Como estas tres chicas, son decenas los y las jóvenes que se acercan cada tarde al pasillo de Santo Domingo, junto la casa hermandad de la cofradía de Mena, para 'contemplar' a estos militares que hacen las delicias de todos sus seguidores, como si fueran estrellas de rock o modelos sin camiseta de alguna tienda de ropa. Ellos están en su papel, no le dicen que 'no' a nadie y responden con una sonrisa cuando una señora, ya pasada con holgura la adolescencia, les grita que son todos "unos monumentos". Entre foto y foto, ensayan sus pasos para el desfile, y alguno con más experiencia en esto de las procesiones, cuenta entretenidas anécdotas sobre las mil y una cosas que le ha pasado acompañando al Cristo de la Buena Muerte.

Devociones aparte, la Legión Española podría funcionar perfectamente como un producto de márketing. Mientras hombres y mujeres hacen cola para sacarse la foto, una enorme mesa disfrazada de mercadillo vende toda clase de productos relacionados con los militares. Muñecas, medallas, pines y libros son adquiridos frente a Santo Domingo, mientras una suerte de personajes de más edad rodean todo este ecosistema, asegurando muchos de ellos que son exlegionarios y aportando material en forma de historias sobre días en calabozos por haberle pillado 'su' teniente con la camisa sucia.

En la valla del Guadalmedina

Sin embargo, y volviendo al fenómeno más actual de todos, es en la valla del cauce del Guadalmedina donde está la 'vidilla' del entorno. Apostadas como fieras, varias adolescentes -mujeres y hombres- comentan quién de todos es el más alto; el que tiene la barba mejor cortada; el que lleva la camisa abierta enseñando pecho de forma más atractiva; y aquel con el que sin duda alguna, y dicho de forma eufemística, se irían a cenar a su casa. Además, hablan (chillan) sin pensar en lo que escucha el de al lado. "Quién fuera fusil para que me baile y me cante así", dice Loli, que cuando se da cuenta que hay un periodista delante se niega a salir en la foto. Otras, sin embargo, no dan tanta vuelta para llegar al mismo sitio: "No veas qué 'buenorro' el alto", comenta en un tono que, aunque es elevado, no falta a la verdad. Para nada.

Allí se debate sobre si todos los legionarios son así de atractivos, o si por otro lado está la erótica del uniforme. "Mira, yo creo que aquí traen a los más guapos, porque esto es como un escaparate", se atreve a decir el marido de una señora que ya se ha hecho 25 fotos con cada uno de ellos. "Anda, Manolo, tú lo que tienes es envidia", señala mirando a su amiga cómplice, que le da la razón con la mirada.

Ellos también entran en el juego, y sus sonrisas amistosas a veces parecen una herramienta para el 'ligoteo'. Por no presuponer lo evidente, se les pregunta en un corrillo, y ellos lo confirman. "Mira, aquí hay de todo: algunos tenemos pareja y pasamos, pero otros se hinchan", dice uno de estos hombres con una sonrisa. "A ver, a mí me dan algún número de teléfono cada vez que vengo a Málaga en Semana Santa, pero por ahora solo mujeres", aclara otro. Apenas unos instantes después, una señora rubia de cierta edad, acompañada de su nieta, 'roba' a toda la cuadrilla para hacerse un reportaje con ellos. "Esto es así, todos los días", comentan.

Andrea, Lucía y Cristina ya tienen su valioso 'selfie'. La mujer de Manolo y su amiga marchan con paso firme comentando el "pedazo de brazo" que tenía uno de los legionarios, mientras Manolo, aunque sonriente, denota un 'bajonazo' por haber sido comparado sin posibilidad de ganar. La nieta de la señora rubia le dice a su abuela que se quiere ir ya, y durante unos pocos segundos el pasillo se queda vacío. "Ahí vienen más", comenta un curioso que sabe qué estamos haciendo. "Con ese tía, con ese, que es el que más bueno está". Qué buen ojo has tenido; eso no se puede negar.

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