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Rosario de campanilleros de la Virgen de los Remedios.
La Virgen, como escudo ante el terrible maremoto

La Virgen, como escudo ante el terrible maremoto

En 1755, un tsunami asoló Lisboa y afectó a Cádiz. Los malagueños atribuyeron a la Virgen de los Remedios que la ciudad no sufriera daños de consideración. Este domingo, volverá a salir a la calle en el décimo rosario de campanilleros

Jesús Hinojosa

Sábado, 28 de noviembre 2015, 01:28

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Hay que asumir cómo era la mentalidad de los malagueños de mediados del siglo XVIII para entender un acontecimiento que marcó de un modo especial a la ciudad. Corría noviembre de 1755, hace justo 260 años, cuando se había instalado en Málaga el temor a que un terremoto como el que había asolado Lisboa el día 1 de aquel mes, y que causó cuantiosos daños en Cádiz, se repitiera en las costas andaluzas y llegara hasta la capital malagueña, donde llegó a sentirse el devastador seísmo. El rumor de que el mar podía invadir la ciudad se extendió como la pólvora y muchos vecinos huyeron de sus casas y se instalaron en los montes presos del pánico.

Pasados varios días, la población regresó a sus quehaceres cotidianos, pero en la mañana del día 27 de aquel noviembre negro, un nuevo temblor sacudió la ciudad durante casi un minuto, según relatan las crónicas de la época. Volvió el pánico y los vecinos huyeron. Y es entonces cuando surge una de las historias más singulares de cuantas han sido rescatadas y puestas en valor en los últimos años por parte de las hermandades de gloria malagueñas. Cuentan que la imagen de la Virgen de los Remedios que se veneraba, como aún hoy, en la parroquia de los Santos Mártires fue llevada hasta las murallas en las que comenzaba el mar y que, desde ese momento, las aguas y el viento se calmaron, y el cielo se despejó, volviendo todo a la normalidad.

En una época en la que el pueblo atribuía con total convencimiento a los designios divinos el padecimiento de catástrofes naturales, no es de extrañar que rápidamente viera en esta hermosa talla mariana su particular escudo protector ante un posible maremoto. Al fin, no fue el peligro dentro de la ciudad tanto cuanto pareció al verlo venir de lejos, relatan los escritos del momento. Todo ello derivó en una piadosa tradición: la de llevar cada 27 de noviembre a la Virgen de los Remedios, patrona de la feligresía de los Santos Mártires, hasta el borde del mar para dar gracias por la milagrosa intercesión que se le atribuyó, por lo que incluso la ciudad hizo voto solemne.

Hace ya diez años que la actual Hermandad del Santo Rosario de Nuestra Señora de los Remedios, con motivo del 250º aniversario de todos estos acontecimientos, recuperó la tradición de llevar a la imagen en rosario hasta la calle Puerta del Mar, para rememorar aquella costumbre. Este singular rosario, que se celebra cada primer domingo de adviento, partirá mañana domingo, a las nueve y media de la mañana, desde la iglesia de los Santos Mártires y estará acompañado, como desde su primera edición, por el coro de campanilleros Amigos de la Navidad, de Sevilla.

En una de las fachadas de la calle Puerta del Mar, que recibe este nombre porque era ahí donde la ciudad acababa y empezaba el Mediterráneo, existe un pequeño retablo cerámico que recuerda la curiosa historia que protagonizó esta imagen de la Virgen, que en 2007 recibió la medalla de la ciudad por su dilatada historia devocional. Precisamente este año, su hermandad ha adquirido nuevos documentos que avalan su importancia en la Málaga del siglo XVIII.

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