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Lágrimas y Favores, en el interior de la iglesia de San Juan.
Lágrimas y Favores derrocha su fe por las calles en un Domingo de Ramos espléndido

Lágrimas y Favores derrocha su fe por las calles en un Domingo de Ramos espléndido

Un año más los hermanos de esta mayordomía de Fusionadas dejaron su particular impronta en la primera jornada de la Semana Santa de 2015, como ocurrió a su paso por la tribuna oficial y por el entorno de la calle Strachan

MANUEL GARCÍA

Domingo, 29 de marzo 2015, 19:48

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Las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron esta mañana puntualmente a la hora prevista para la salida procesional de Lágrimas y Favores, a la que asistieron muchísimas personas que abarrotaban los aledaños del templo. Previamente, en el interior de la parroquia la expectación mediática estaba servida ante la presencia del actor malagueño Antonio Banderas, quien junto a su hermano Javier, participó un año más en la procesión como mayordomo de trono de la titular de Fusionadas.

Tras la interpretación de la primera marcha procesional mientras los portadores mecían el trono, la imagen iniciaba su recorrido derrochando su fe por las calles del Centro entre aplausos de un público ávido de procesiones en un Domingo de Ramos espléndido en el que ha destacado el buen tiempo. La armonía entre la música de la banda del Arrabal y la forma de llevar el trono ha sido una constante en el cortejo, que ha tenido especiales momentos durante el itinerario. Así, en la calle Nueva la Virgen fue mecida en varias ocasiones, del mismo modo que en la plaza de Félix Sáenz.

Un año más los hermanos de esta mayordomía de Fusionadas dejaron su particular impronta en la primera jornada de la Semana Santa de 2015, como ocurrió a su paso por la tribuna oficial y por el entorno de la calle Strachan. Asimismo, durante el encierro, a pocos minutos de las siete de la tarde y delante de la sede canónica, una gran petalada de flores y la interpretación de la marcha 'Lágrimas de San Juan', cuya letra fue cantada por los hombres de trono, además de una saeta de Antonio Cortés en el interior del templo, pusieron el broche a una mañana de ilusiones renovadas.

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