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Cabeza de la procesión de la Cofradía de Jesús Cautivo, la última en ser intervenida por el Obispado.
Las luchas de poder erosionan la imagen de las cofradías

Las luchas de poder erosionan la imagen de las cofradías

El presidente de la Agrupación confía en que el conflicto del Cautivo sea un punto de inflexión para «saber dónde estamos y no caer de nuevo»

marta jiménez

Jueves, 5 de marzo 2015, 01:33

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¿Qué está pasando en el mundo de las cofradías? ¿Qué intereses mueven a quienes no dudan en traspasar determinados límites con tal de mantenerse o hacerse con el poder en una hermandad? Son preguntas que se hacen quienes desde fuera del ámbito de la Semana Santa contemplan situaciones de conflicto como la vivida hace unos días en la Cofradía del Cautivo, con presencia policial incluida, y que han derivado en la intervención de la hermandad por parte del Obispado. Un nuevo ejemplo del carácter cada vez más político asentado en algunas cofradías y cuyas consecuencias ocupan cada vez más espacio en la información de la Semana Santa.

Pero el caso del Cautivo, aunque notorio, es solo un suma y sigue en los registrados en los últimos años en determinadas cofradías, cuyas luchas internas de poder han llegado a requerir la mediación de la Iglesia y han supuesto una proyección hacia la sociedad que pone en entredicho la imagen y las intenciones de lo que se supone que son asociaciones públicas de fieles.

La intervención del Cautivo ha sido el inesperado y convulso final del mandato transitorio de Juan Bautista como hermano mayor, tras la dimisión forzada el pasado otoño de su antecesor, Juan Partal. Ahora, el que fuera hermano mayor de la Esperanza, y pregonero de la Semana Santa, Carlos Ismael Álvarez se convierte en el comisario que tendrá que devolver la normalidad a la gestión de la cofradía del Señor de Málaga y la Virgen de la Trinidad Coronada. Y fue precisamente la búsqueda de «la necesaria y obligada estabilidad de la cofradía» lo que hizo dar este paso a los responsables de la diócesis «ante la situación de fractura y los graves hechos acontecidos [] que afectan tanto a la vida interna de la hermandad como a la imagen de las hermandades y cofradías de la nuestra ciudad», expuso el Obispado.

Al hilo de estos argumentos, el propio Carlos Ismael respondía en una reciente entrevista a este periódico que «las cofradías tienen hoy día una notoriedad que a determinadas personas las ciega». Una reflexión que pone el dedo en la llaga de lo que sucede. Y es que las hermandades pasan por un verdadero boom en muchos aspectos que las convierte en un codiciado objeto de deseo.

Pero la nómina de hermandades intervenidas por el Obispado no acaba con la corporación trinitaria. En este año se cumplen diez años desde que en la Cofradía de Zamarrilla se impusiera una junta rectora para su gobierno. Primero Juan García Alarcón y luego Francisco Díaz Rosa han sido las cabezas visibles del gobierno provisional, que se instauró tras la destitución en 2005 de Carlos Rueda Cassasola y toda su junta de gobierno. El voto del cabildo de hermanos contra la memoria de secretaría desembocó en una situación que se ha visto prolongada en el tiempo y ralentizada por las obras de rehabilitación de la ermita. El vicario general, José Ferrary, ya anunció en una entrevista a este suplemento que, definitivamente, habrá elecciones en Zamarrilla este año para poner fin a esta tesitura.

También está de actualidad el caso de las Penas. El pasado mes de enero, el cofrade de la Congregación de Mena Manuel Gordillo se hacía con las riendas de la cofradía de Pozos Dulces, institución que tendría que haber celebrado sus elecciones el pasado mes de noviembre. Unos comicios en los que concurrían dos candidaturas; una encabezada por Jesús Mesa y otra por Antonio Alés. La denuncia de esta segunda lista desencadenó en una serie de desacuerdos que terminaron con la intervención episcopal y con un comunicado posterior que sacó a la luz supuestas irregularidades en la gestión de la junta saliente, al parecer para incrementar artificiosamente el número de hermanos con derecho a voto.

Expiración y Rocío

En los últimos años, cofradías como la Expiración o el Rocío también se vieron intervenidas por la diócesis debido a sus conflictos electorales. El denominador común: las disputas generadas entre dos candidaturas enfrentadas cuyos promotores terminaban elevando sus quejas y denuncias al palacio de la calle Santa María.

Cuando se trata de hablar de elecciones con más de una candidatura, hasta la propia Agrupación de Cofradías ha sido protagonista de comicios muy reñidos. En 2012, Eduardo Pastor se alzó vencedor por 13 votos de diferencia frente a Pablo Atencia en un proceso en el que también se postuló como candidato el entonces hermano mayor de Salutación, Antonio Trillo, que finalmente retiró su candidatura.

Ante estos episodios y el menoscabo de la imagen de las cofradías que pueden suponer, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Eduardo Pastor, lanza un mensaje de reflexión: «Los cofrades también somos personas y nos equivocamos, fallamos. Pero como personas de Iglesia debemos tener la capacidad suficiente para recapacitar y reaccionar pidiendo perdón y ayuda a nuestros sagrados titulares para saber comprender a los demás y comportarnos como buenos cofrades y verdaderos cristianos. No somos los mejores, pero tampoco lo peores. Nos ha tocado vivir situaciones complicadas últimamente y espero que nos sirva, al menos, para saber quiénes somos, dónde estamos y a no caer de nuevo».

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