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La escultora Encarnación Hurtado ante su última obra para Málaga.
«Jesús de la Salud expresa mucha humildad e invita a la oración»

«Jesús de la Salud expresa mucha humildad e invita a la oración»

La escultora Encarnación Hurtado Molina asegura sentirse "satisfecha" de su última obra: el Señor de la Salud, de la parroquia de la Virgen Milagrosa y San Dámaso Papa

rafael r. puentE

Domingo, 22 de febrero 2015, 19:28

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El pasado domingo se bendecía una nueva imagen de Cristo para Málaga: el Señor de la Salud, de la parroquia de la Virgen Milagrosa y San Dámaso Papa del barrio de El Molinillo, obra de Encarnación Hurtado, una imaginera nacida y con taller en Utrera, que la crítica especializada no duda en posicionarla entre los mejores escultores del panorama actual.

Una vez bendecido Nuestro Padre Jesús de la Salud, ¿cómo se siente?

Muy satisfecha, muy orgullosa, muy feliz, porque he visto que una imagen mía, que la he hecho con mucho cariño, ha tenido una acogida muy buena. Todas las opiniones que he escuchado son favorables. Por lo tanto, me siento plena.

Mucha responsabilidad a la hora de hacer una imagen para Málaga, supongo.

La verdad es que sí, porque Málaga es un referente en el mundo de la imaginería. No descubro nada si digo que esta ciudad tiene una grandísima Semana Santa. Hacer una imagen para Málaga implica mucha responsabilidad. No se puede ir a la ligera, porque hay que dar todo de sí para ofrecer un trabajo muy digno.

Jesús de la Salud representa iconográficamente a Cristo preso y cautivo ¿Cómo lo definiría?

Creo que es un Cristo que expresa mucha humildad. Es una imagen que inspira devoción y oración con el devoto.

Porque, si importante es la ejecución, más aún si cabe es la transmisión, y esta imagen del Señor tiene unción religiosa.

Efectivamente. Es fundamental en una imagen sacra. Si una escultura no tiene unción ya no cumple el cometido por el que se ha realizado.

Observamos a este Jesús de la Salud. ¿En qué se está fijando?

En la mirada, el movimiento... En definitiva, observo el conjunto, que en sí te lleva a tener un sentimiento. No obstante, cada cual lo verá de una forma diferente y en eso no quiero influir a nadie.

Sigamos observándolo. Da la sensación de que se trata de una imagen antigua. Quizás la podemos encuadrar en la línea de algún conocido escultor del Barroco, ¿no lo cree?

Lo veo más cerca de la escuela de Roldán. Es un barroco muy dinámico que a mí me encanta. Me identifico mucho con ese estilo.

Está claro, por tanto, cuál es su referente artístico.

Sí. Es el Barroco sevillano, aunque también me gusta el granadino. Mis grandes referentes son Martínez Montañés, Juan de Mesa y la escuela de Roldán.

¿Y qué me dice de su Madre, la Virgen de Amor y Esperanza, que usted restauró hace unos años?

La veo preciosa y hoy por el domingo está espectacular. Es una imagen muy devota. No es la típica Virgen guapa que se hace hoy día, porque es más recogida. Me encanta.

En este caso hizo un buen trabajo en la labor polícroma.

La policromía es fundamental en cualquier obra escultórica que se precie. Una buena policromía realza una imagen discreta y una mala policromía se carga una buena imagen. Por eso, yo cuido mucho la policromía.

También conocemos dos trabajos más para Málaga, como son los ángeles que forman parte de la decoración escultórica del retablo-camarín de la Virgen del Carmen de El Perchel y las cartelas del trono de la Soledad de la Congregación de Mena.

Efectivamente. Los altorrelieves de la Congregación de Mena me abrieron muchas puertas. Gracias a los trabajos del trono de la Soledad me di a conocer no sólo en Málaga, sino también en otros lugares. Me descubrieron como autora de esculturas en pequeño formato.

Por cierto, ¿cómo comienza en la imaginería?

Comencé en el taller de mi padre, que era escultor de arte profano. Empecé haciendo obras de pequeño formato, pero luego, hace unos 20 años, me decliné por el campo de la imaginería. Mi primera imagen es el Nazareno de Los Molares (Sevilla), tallado entre 1994 y 1995. A partir de ahí, intenté abrirme camino. Cierto es que me costó mucho trabajo, porque los comienzos son duros. Me trasladé a Sevilla y contacté con tallistas. Luego me metí en el tema de decoración de los pasos procesionales. Los tallistas me ofrecían la imaginería hasta que me empezó a salir trabajo de mayor envergadura y decidí establecerme por mi cuenta.

¿Cómo ve el panorama imaginero actual?

Hay de todo. Hay imágenes muy bien hechas y con espiritualidad, pero existen otras que carecen de esa unción necesaria.

Pero con tantos escultores como hay en la actualidad, ¿hay trabajo para todos?

Pienso que sí. De lo contrario, no habría tantos. Es cierto que no hay ese volumen de trabajo de hace unos años, pero todavía se hacen encargos.

¿No cree que muchas cofradías se preocupan más la calidad artística de un trono que de la imagen titular?

Es posible. A veces prima la espectacularidad del trono por encima de la imagen, cuando debería ser lo contrario. El titular es lo más importante.

¿Le da la sensación de que una mujer tiene más complicado abrirse un hueco en el campo de la imaginería que un hombre?

Yo nunca he querido pensar eso, pero hay veces que te da esa sensación. De todas formas, lo que hay que hacer es ofrecer un buen trabajo. Es la mejor manera de que el cliente te busque.

Nombre algunas de sus imágenes importantes.

Además delNazareno de Los Morales, la Virgen del Mayor Dolor de La Laguna (Canarias), el Resucitado y la Virgen de la Estrella de Utrera o la Virgen del Rosario de Almendralejo, por ejemplo.

Finalmente, ¿qué proyectos está acometiendo?

Estoy trabajando en la decoración de los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Ronda y de la Borriquita de Alcalá de Guadaira. Además, tengo algunos proyectos de imágenes para distintas parroquias.

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