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Carmelo Romero en su oficina del festival. /Antonio Salas
«El Festival de Málaga no es una especie en peligro de extinción»
festival de málaga | XV edición

«El Festival de Málaga no es una especie en peligro de extinción»

El director del certamen, Carmelo Romero, asegura que los ajustes económicos no han dejado nada postergado en el cajón

M. EUGENIA MERELO

Viernes, 20 de abril 2012, 16:59

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Está a punto de arrancar el XV Festival de Málaga, el cuarto que, bajo la dirección de Carmelo Romero, convierte a Málaga en escaparate de la producción cinematrográfica nacional. Defiende que un festival no lo hace una persona sino un equipo y presume de tener uno de los mejores. La alfombra roja se despliega en Málaga con un escenario convulso en el que resuena el duro ajuste presupuestario para la industria del cine. No concibe al ser humano sin la capacidad de soñar ni una sociedad sin un apoyo público a la cultura.

-En la edición anterior, las aguas estuvieron algo revueltas con las críticas a la selección de las películas a concurso y a los ajustes. ¿Espera una edición un poco menos agitada?

-Yo estoy más tranquilo. Primero porque el clima con el que he trabajado desde el mes de agosto ha sido de absoluta tranquilidad, con un equipo directamente controlado por mí. Hemos establecido un clima muy favorable para el trabajo. Y yo creo que eso ha redundado también en la organización de esta edición.

-¿Veremos mejores películas?

-Estamos bastante satisfechos de nuestro trabajo en la captación de películas, porque ha tenido un resultado que probablemente sea mejor que otros años. Pero eso no está tanto en función de la selección nuestra como en lo que denominaríamos la cosecha del año. Que no es un año, sino solo unos meses de la producción.

-Y si todo depende de la cosecha de películas del año, ¿cuál es la responsabilidad del festival?

-La selección. Pero el festival no solo está constituido por la sección oficial, sino que hay muchas otras actividades que tratamos de presentarlas en función de su importancia cultural y que tratan de reflejar los valores culturales de nuestra cinematografía. En ese sentido, por ejemplo, este año hemos tenido la suerte de poder disponer de una magnífica selección de películas de animación españolas.

-La cosecha que aumenta también en esta edición es la del sello malagueño. ¿Casualidad o el festival ya va creando escuela?

-Se puede interpretar de todas esas formas. Esto no surge por generación espontánea, esto surge en función de muchas cosas. En función de que, no cabe duda, Málaga ha tenido siempre una preocupación por la realización cinematográfica; realizadores y actores de Málaga tienen una situación de prestigio dentro del cine español. No cabe duda de que también el festival crea un caldo de cultivo para la cultura cinematográfica en la ciudad. Pero hay otros muchos factores que enriquecen y muestran todo el desarrollo cultural de Málaga. También está la Universidad, que tiene una Facultad de Ciencias de la Comunicación. Todo eso posibilita la aparición de realizadores. Y este año hemos procurado abrir las puertas y traer el máximo de producciones. Y ahí están.

-En la apuesta por los documentales parece que el tiempo les da la razón.

-Estamos asistiendo en los últimos años a un incremento de la producción de documentales a nivel mundial. Las televisiones se han dado cuenta de la importancia del documental. En Latinoamérica, hace ocho o diez años apenas se producían documentales y ahora es un auténtico 'boom'. En España, el desarrollo de los documentales es importantísimo. Málaga fue tal vez el primer festival de España en abrir una sección a los documentales, en una época en la que ni siquiera existía el Goya al Mejor Documental. Y hay mucha producción de documentales malagueños.

Reflexión

-La película ganadora de la edición anterior, '5 metros cuadrados', no consiguió ni una sola nominación a los Goya. ¿Lo han tomado como un fracaso o como un motivo de reflexión?

-Cuando se compara se deben comparar productos homogéneos. Decía antes que nosotros no seleccionamos todo un año de cine español, eso sí que lo hacen los Goya. Nosotros seleccionamos cuatro o cinco meses de cine español producido, prácticamente entre noviembre y febrero. Las películas producidas anteriormente han ido a otros festivales. Las terminadas de producir después de febrero ya no llegan a Málaga, también irán a otros festivales. Los premios Goya están siendo votados por los académicos a partir de toda una producción anual. No es homologable.

-Recortes municipales y recortes nacionales. El Festival de Málaga, ¿es una especie en peligro de extinción?

-El Festival de Málaga no es una especie en peligro de extinción. Y no debiera serlo. Yo defiendo que la cultura es fundamental en el tejido social. La cultura enriquece a las personas, es algo consustancial al pensamiento humano. Pienso que debe seguir habiendo apoyo público a la cultura. ¡Sería terrible para el ser humano que la cultura estuviese en peligro de extinción por los ajustes! Lo que sí nos debe llevar es a reflexionar y a adaptar los presupuestos de las actividades culturales con el mayor rigor.

-La edición número XV. La cifra, ¿habla de éxito, madurez o estabilidad?

-Quince años son muy pocos en un festival nacional y en un festival de prestigio. Estamos hablando de festivales que llevan 60 años como San Sebastián o Valladolid, que está a punto de cumplirlos. Cannes tiene sesenta y tantos. Quince años es una bonita cifra, en el sentido de que es una cifra redonda. Lo que sí es cierto es que, de todos los que conozco, el de Málaga es el festival que en quince años ha tenido un desarrollo más grande, ha crecido rapidísimamente. Muy pocos festivales en quince años se han situado al nivel al que está ahora situado el de Málaga.

-La actriz Maribel Verdú sentenciaba hace unos días en Málaga que el cine se ha acabado.

-Espero que el cine goce de buena salud, por el bien de todos.

-¿Demasiado dramática?

-Creo que sí. Pero habrá un reajuste en la producción cinematográfica española, indudablemente.

-¿Se impone una reinvención?

-En el arte siempre se está reinventando. El arte sí que moriría si no se reinventara en cada momento. Pero para eso tenemos grandes creadores que están reinventando el cine continuamente.

-Los festivales, ¿también tendrán que reinventarse?

-No cabe duda, se debe reinventar todo. Yo pienso que los festivales, primero deben de justificar su razón de ser. Y deben justificar sus inversiones si tienen presupuesto público.

Capacidad de soñar

-Pese al tijeretazo, el Gobierno central ha mantenido el compromiso con Málaga, ¿se siente la niña bonita de los festivales?

-No, en absoluto. Lo único que pienso es que el ministerio valora el Festival de Málaga. Lo que sí es cierto es que ha mantenido la misma subvención que dio el año pasado en un momento en el que el presupuesto de Cultura destinado al cine ha sufrido un recorte del 36%. Eso es un indicio de que el ministerio, y en este caso el Instituto de la Cinematrografía, valora el festival a pesar de los problemas presupuestarios que tiene.

-El cine, la fábrica de sueños. Con la que está cayendo, al ser humano, ¿le quedarán ánimos para soñar?

-Yo no entiendo al ser humano sin la capacidad de soñar, sin la ilusión. Me parece absurdo, me parece que estamos entrando en un pesimismo que no es bueno. Pienso que el ser humano no puede perder nunca la ilusión, la capacidad de soñar. Eso es consustancial al ser humano. Y precisamente, en épocas de dificultad, es donde más se debe potenciar todo eso, porque es la manera de salir. Y tenemos que salir, y lo más rápidamente posible.

-¿Qué película de la historia del cine español le hubiese gustado seleccionar para estrenar en Málaga?

-Una de las películas que más me ha impresionado es 'El verdugo', de Berlanga. Pero daría ocho, diez, doce títulos que siempre están presentes.

-Después de la edición anterior, su continuidad estuvo cuestionada. ¿Se la juega a partir de mañana?

-Creo que todo gestor cultural se la juega en todo momento. Y además sería absurdo y me parecería demasiado complaciente quien no fuera consciente de que se debe responsabilizar de su trabajo. No tengo ningún problema.

-¿Hay que desearle, como en la 'Guerra de las galaxias', que la suerte le acompañe?

-Yo no soy de los que confían en la suerte. Nunca he confiado. Apenas juego en la lotería, no compro décimos. Siempre me he afirmado en el trabajo, en el trabajo hecho lo mejor posible y con la máxima responsabilidad.

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