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ELECCIONES ANDALUCES

Rajoy compara sus reformas con las que impulsó 'La Pepa'

Avisa de que las reformas no se hacen en "media hora" y critica a los que piden una solución inmediata

ANTONIO MONTILLA , CÁDIZ

Lunes, 19 de marzo 2012, 01:44

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Mariano Rajoy y su Gobiernon llevan semanas intentando explicar y defender las reformas estructurales que han puesto en práctica en sus primeros 90 días de mandato, alguna de ellas tan controvertidas como la laboral. El presidente dio ayer en Cádiz, en un mitin ante unas 5.000 personas, un giro a su argumentario y comparo su ímpetu reformista con el que quisieron impulsar los padres de la constitución de 1812. Rajoy, tal vez imbuido por el espíritu festivo de una ciudad que hoy conmemora el bicentenario de 'La Pepa', estableció este paralelismo histórico entre sus modificaciones legislativas y las que intentaron hacer los miembros de la Las Cortes de Cádiz.

Explicó que ahora, al igual que ocurrió hace hace 200 años, «lo peor» que le puede pasar a España es «no hacer nada y quedarnos como estamos». Por ello refrendó que seguirá haciendo reformas, aunque sin detallar en qué van a consistir, para fomentar el mismo espíritu que buscaron los constituyentes de Cádiz: «'La Pepa' fue entonces el cambio que necesitaba España y la apuesta de una gente valiente por el cambio político y por las reformas». Existía cierto debate sobre si las decisiones de Rajoy podrían restar o no apoyos a Javier Arenas y Mercedes Fernández, candidatos a la presidencias de Andalucía y Asturias, respectivamente.

El líder del PP sacó pecho por los decretos aprobados desde que llegó a la Moncloa. «Llevamos 90 días de reformas, pero reformas de verdad que estaban pendientes desde hace muchos años en nuestro país», acotó. A once días de la huelga general, el presidente no dudó en alabar la reforma laboral que, a su juicio, sientan las bases de futuro para propiciar el crecimiento económico y la creación de empleo: «No nos vamos a resignar a que haya más de cinco millones sin empleo».

El jefe del Ejecutivo fue a más y aseveró que cada paso que da su Gobierno «es un avance para nuestro país». Rajoy defiende la necesidad de decir la verdad a los españoles, por cruda que ésta sea. Sin embargo, quiere abrir rendijas a la esperanza. La fórmula que utilizó en Cádiz recordó a los «brotes verdes» que vendió con poco éxito la ex vicepresidenta económica, la socialista Elena Salgado. «Nos queda un camnio largo, pero estamos ya quemando etapas», sentenció.

Pero de momento, nada de euforia. Advirtió de que al país le queda un «tiempo difícil por delante» constató que «claro que no hemos salido de la crisis, pero yo os digo que vamos a salir de la crisis».

En esta misma línea acuñó otra de esas frases que siembran esperanzas pero sin rubricar compromisos concretos. «Vivimos un momento de transición hacia un tiempo nuevo, pronto vendrán tiempos mejores», espetó Rajoy. Para lograr el objetivo del crecimiento económico y la creación de empleo cuenta con los españoles, porque ya han demostrado que solventan situaciones tan límites como la actual.

Dificultades

El presidente contó a los asistentes, entre los que se encontraba la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, las dificultades que entraña ahcer reformas. Confesó, de nuevo, que ha tenido que adoptar decisiones complicadas que no gustan a mucha gente. Su defensa es que ha intentado ser «justo y equitativos» a la hora de pedir sacrificio. Puso en valor que no han tocado ni las pensiones ni las prestaciones por desempleo.

Rajoy arremetió con fuerza contra el PSOE por exigir resultados cuando aún no han cumplido ni cien días en el Gobierno. «Vamos a seguir haciendo reformas, porque es lo que necesita España; ya sabemos que no producen efecto en media hora». El líder del PP enfatizó que «tiene gracia que los que no hicieron nada, los que nos han traído hasta aquí nos pidan que resolvemos las cosas en 24 horas», en alusión a los socialistas.

Rajoy insistió en que sus políticas no darán frutos a corto plazo. «No es posible, pero hemos sentado las bases para que den sus frutos», remachó. Por otra parte, el presidente sí prometió que a cambio de que se cumplan los planes de equilibrio presupuestario no va a dejar en la estacada a ninguna comunidad autónoma ni a ningún ayuntamiento que tenga problemas de liquidez «gobierne quien gobierne».

Prueba de ello, a su juicio, es el crédito por importe de 35.000 millones de euros del que se podrán beneficiar estas administraciones para pagar a proveedores. Una medida que, recordó el jefe del Ejecutivo, ni tiene parangón en la historia de España ni lo tendrá gracias a la reforma de la Constitución.

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