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Miles de personas rinden un emotivo homenaje a las víctimas de la 'Love Parade'
trAGEDIA EN ALEMANIA

Miles de personas rinden un emotivo homenaje a las víctimas de la 'Love Parade'

Ni el alcalde de Duisburgo ni el organizador del evento han acudido al oficio religioso, por razones de seguridad y por respeto a las víctimas

EFE

Sábado, 31 de julio 2010, 22:26

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Los habitantes de Duisburgo y la plana mayor de la política alemana han recordado en un funeral a las 21 víctimas de la 'Love Parade', una semana después de la tragedia precipitada por un caos organizativo que ha sumido a Alemania en el dolor y la indignación.

La primera ministra del 'Land' de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, ha instado, desde la Iglesia evangélica del Salvador, a actuar "con sentido del deber" en el esclarecimiento de una tragedia en la que murieron 21 "personas jóvenes, llenas de vida". "Tenemos un deber hacia quienes perdieron a los suyos", ha dicho Kraft, para recordar que entre esas víctimas había jóvenes "llegados de Italia, Holanda, Bosnia, China y España", en alusión a los ocho extranjeros muertos en la multitudinaria fiesta "tecno", entre ellos las españolas Clara Zapater y Marta Acosta.

Todos acudieron a Duisburgo a "divertirse en una 'Love Parade' que se convirtió en una "danza de muerte", en palabras del presidente del Consejo de la Iglesia evangélica, Nikolas Schneider, que ha oficiado el funeral junto al obispo católico Franz Josef Overbeck.

Kraft ha sido la única representante del estamento político que ha hablado en el oficio, al que han asistido la canciller, Angela Merkel, varios miembros de su Gobierno, el presidente del país, Christian Wulff, y otros representantes de las más altas instituciones políticas.

La primera ministra renana, del Partido Socialdemócrata (SPD) y en el cargo desde hace apenas quince días, ha hablado con la voz entrecortada, desde su posición de líder de ese 'Land' y ciudadana, pero también madre, puesto que su hijo, Jan, de 17 años, había acudido a la más multitudinaria fiesta 'tecno' del mundo. Ella misma estuvo entre los miles de familiares que durante horas esperaron angustiadas noticias de los suyos, a los que sabían entre los asistentes a la fiesta y a los que buscaban en medio del caos, en su caso para descubrir aliviada que no había sufrido daños.

Una ceremonia sobria

Ha sido una ceremonia sobria y emotiva, acompañada por la música de La Pasión según San Mateo, de Johannes Sebastian Bach, interpretada desde el órgano del templo, junto a cuyo altar han quedado 21 velas, que han depositado y encendido miembros del cuerpo sanitario, bomberos, policías y asistentes parroquiales que el día de la tragedia atendieron a las víctimas.

Debido a la dimensión del templo, con capacidad para sólo unas 500 personas, la ceremonia ha sido transmitida en directo desde otras catorce iglesias de la ciudad y el estadio de fútbol de Duisburgo, sobre cuyo césped se ha extendido una gran cruz. Las dos cadenas nacionales de la televisión pública, ARD y ZDF, más la regional y los canales de información privados han transmitido el acto, una semana después de una tragedia que provocó, además, 511 heridos, 25 de los cuales siguen hospitalizados.

"Nos asaltan imágenes terribles de jóvenes luchando por su vida, desesperadamente, personal sanitario y policías exhaustos, también necesitados hoy de todo nuestro apoyo. Y también rostros adultos, que rehuían petrificados su responsabilidad", ha manifestado Schneider, máximo responsable de la Iglesia evangélica, mayoritaria en el país.

Continúa la polémica

A la ceremonia religiosa no han acudido, por razones de seguridad, las dos personas sobre la que se han cernido estos días todas las críticas: el alcalde, Adolf Sauerland, y el organizador, Rainer Schaller, al que apuntan como responsable directo de lo ocurrido los informes provisionales de la policía y la fiscalía.

Sauerland, de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) de Merkel, se ha negado hasta ahora a dimitir, pese a las presiones de su propio partido para que asuma las consecuencias. El alcalde se ha parapetado estos días en su versión de que no firmó la autorización de la fiesta, pero tanto desde la CDU como de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se ha recordado que eso no le exime de la responsabilidad política y moral.

En los medios se ha apuntado a que él se obstinó en que Duisburgo acogiera el festival, desoyendo las advertencias en contra del estamento policial y los bomberos, por considerar que ello daría proyección internacional a la ciudad. Contra Sauerland se ha iniciado un proceso de destitución a solicitud de La Izquierda y el Partido Liberal (FDP), pero el alcalde se aferra al cargo, según los medios, para defender su pensión.

Tras el oficio, miles de ciudadanos han marchado hasta el lugar de la tragedia, el túnel de acceso al recinto, convertido ahora en un mar de velas encendidas, flores, mensajes, pancartas reclamando responsabilidades y banderas de las nacionalidades de todas las víctimas, incluida la española.

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