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El luminoso escenario del Jamón de Huelva

El luminoso escenario del Jamón de Huelva

El Parque Natural de la sierra de Aracena y Picos de Aroche, al norte de la provincia de Huelva, es el hogar de los cerdos ibéricos que dan nombre a la Denominación de Origen Protegida Jamón de Huelva

guía repsol

Jueves, 21 de mayo 2015, 11:57

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El Parque Natural de la sierra de Aracena y Picos de Aroche, al norte de la provincia de Huelva, es el hogar de los cerdos ibéricos que dan nombre a la Denominación de Origen Protegida Jamón de Huelva. Un luminoso escenario formado por pueblos blancos y dehesas de encinas, alcornoques y quejigos que es el mejor acompañamiento para este sabor inolvidable.

La ruta

Comenzamos nuestra ruta en Aracena, capital de la sierra a la que da nombre y destino vacacional de la realeza española en los siglos XIX y XX. No podemos perdernos su castillo, que empezaron a construir los portugueses sobre los restos de una fortaleza islámica y que formó parte de las defensas del valle del Guadalquivir. A su vera, encontramos la iglesia de Nuestra Señora del Mayor, cuya obra se inició en el siglo XII y que mezcla románico y gótico como estilos predominantes, aunque aún conserva una torre mudéjar que recuerda el pasado musulmán de la localidad. De hecho, por esta región de clima suave, además de árabes y portugueses, también pasaron celtas y templarios. Ellos no llegaron a tiempo de disfrutar del Museo del Jamón y del Cerdo Ibérico pero para nosotros es visita obligada.

De Aracena seguimos ruta hacia Linares de la Sierra, declarado Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico. Nos tomamos nuestro tiempo para pasear por las acogedoras calles de este pueblo blanco enclavado en un valle al pie de la sierra de Vallesilos y seguimos hacia Alájar, población cuyo origen árabe no puede esconder su nombre.

Todo aquí es espectacular, pero no debemos faltar a la iglesia de San Marcos, construcción barroca del XVIII que presume de una torre rematada por una pirámide poco habitual. Muy cerca, podemos darnos un paseo por la naturaleza y por el tiempo en la peña de Arias Montano, un promontorio montañoso calizo que alberga más de 30 grutas naturales, la mayoría habitadas desde la Prehistoria.

Seguimos después hacia Fuenteheridos, también declarado Conjunto Histórico-Artístico, y nos paramos ante la fuente de los Doce Caños, considerada el nacimiento del río Múrtiga, y los jardines de Onuba, donde conviven más de 100 especies vegetales de Asia, América y África. Pero hay más para ver y está en Castaño del Robledo. Aquí tenemos el punto más alto de la provincia, los Riscos Altos (962 metros), que conserva un bosque de robles melojos de gran interés. Desde arriba podemos ver nuestro próximo destino, quizá el de nombre más reconocido y, desde luego, sabroso. Jabugo es un pueblo de pata negra por el jamón que aquí se produce y por los bellos parajes naturales que lo rodean, como El Becerro y la cueva de la Mora. No muy lejos, la villa de Galaroza, en el valle del Múrtiga, también presume de escenarios naturales como El Talenque, una de las áreas recreativas del parque natural, y el cerro de Santa Brígida, que ofrece magníficas vistas de la localidad. Y, por supuesto, un casco urbano conformado por casas blancas y calles de piedra donde el tiempo parece detenerse a tomarse una tapa de buen jamón.

Santa Ana La Real es otro lugar con rico patrimonio natural y paisajístico. Visitamos el cerro Castillejo y, sobre todo, los Chorros de Joyarancón, uno de los parajes más emblemáticos del parque natural. Un salto de agua de 50 metros de altura que, en época de lluvia, ofrece un increíble espectáculo por su enorme caudal y cuya vía de llegada, un camino rural entre castaños que comienza en el puente de Los Casares, es también un momento a disfrutar. Si tenemos suerte y el día está despejado, desde la cima del cerro Castillejo podemos contemplar el mar.

Vamos desde aquí a Almonaster La Real, paseamos por sus calles de Interés Histórico-Artístico y no nos perdemos la fortaleza, que sirvió a los árabes para parar las acometidas cristinas y luego para defender los ataques portugueses, ni la mezquita del siglo X, edificada durante el reinado de Abderramán III y con sala de oraciones, patio de abluciones y alminar. Es la única mezquita andalusí que se ha conservado casi intacta en la España rural, aunque a comienzos del siglo XIII, tras ser conquistada la localidad por la Corona de Portugal, se convirtió en iglesia.

Continuamos hacia Cortegana, fundada por los turdetanos, pueblo íbero que habitaba el suroeste de la Península, y disfrutamos de entornos como la sierra Pelada y la rivera del Aserrador, con eucaliptos, pinares, matorrales, bosques en galería y dehesas, bajo la atenta mirada del buitre negro, que aquí tiene una de sus colonias reproductoras más importantes de Europa. Llegamos al final escoltados por otras aves que habitan en la zona, como el águila real, el águila perdicera, el búho real y la cigüeña negra, y lo hacemos en Aroche. Un final que es un principio porque aquí, en las Piedras del Diablo, nos paramos a contemplar un interesante grupo de dólmenes y menhires que nos recuerda eso de quiénes somos y de dónde venimos. Lo de adónde vamos lo tenemos claro: a seguir comiendo buen jamón de Huelva.

Fuente: Guía Repsol

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