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La teatralización de la famosa batalla tendrá lugar junto ala Iglesia de San Jacinto.
La batalla de Pensacola se libra en la Axarquía

La batalla de Pensacola se libra en la Axarquía

Macharaviaya rinde hoy un homenaje a Bernardo de Gálvez con la celebración del Día de la Independencia Americana

Javier Almellones

Sábado, 4 de julio 2015, 00:21

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Entre la ciudad de Pensacola, en el estado de Florida, y el pueblo axárquico de Macharaviaya hay 7.473 kilómetros de distancia. Pese a ello, ambas villas están muy unidas desde hace más de dos siglos por la figura de Bernardo de Gálvez.

Este personaje histórico, nacido en el pueblo malagueño, fue el héroe de una la batalla que se libró en la bahía de aquella ciudad de Florida, que resultó fundamental en el devenir de la Guerra de la Independencia Americana y la posterior emancipación de Estados Unidos. Fue este valiente militar quien consiguió animar con su bergantín a otras embarcaciones a penetrar en aquella ensenada, tomada por los ingleses y pertrechada de cañones que apuntaban al enemigo.

A todos los que se acercaron barcos españoles y americanos les parecía una plaza inexpugnable. A todos, menos a Bernardo de Gálvez, quien tomó la iniciativa y se introdujo en la bahía sin ningún temor.

Gracias a esta hazaña, este héroe macharatungo hizo prisionero al general inglés Campbell y reconquistó después la península de Florida para España. Además, consiguió que se reconociera su acto legendario en su propio escudo. Carlos III le añadió el lema de Yo solo en homenaje a aquel acto épico.

Hoy aquella heroicidad está más que presente en Macharaviaya, donde se sienten muy orgullosos no sólo de aquella hazaña sino también de su posterior carrera política al otro lado del charco. Por esa razón, desde hace siete años allí se celebra el Día de la Independencia Americana, también conocido como el 4 de Julio. Es el tributo que le rinde su pueblo natal.

Así, está casi todo preparado para que allí se escenifique esta noche a partir de las 21.30 horas aquel acto heroico del hijo más ilustre de esta localidad axárquica.

Desde hace siete años, Macharaviaya, una tranquila villa axárquica, celebra esta fiesta casi con tanto cariño como se hace en Estados Unidos.

Hoy se pondrá en escena parte de esa batalla, gracias a la colaboración habitual de las asociaciones de Granaderos y Damas de Gálvez y Torrijos 1831, que con la indumentaria de la época se encargarán de revivir este episodio bélico a partir de las 21.30 horas. Desde el año pasado cuenta con nuevo guión y un espectáculo de luces que dan más realismo a esta puesta en escena.

De alguna forma, Macharaviaya con este evento también rinde un tributo a su historia, ya que fue en el siglo XVIII cuando la localidad llegó a vivir una época de esplendor, hasta el punto de que se le conocía como el pequeño Madrid. Ese prestigio se lo debían sobre todo a la familia de los Gálvez, que desde esta villa axárquica tenía claras influencias sobre la Corte.

Este clan burgués realizó en la localidad numerosas obras que aún se pueden visitar hoy en día. Es el caso de la actual Iglesia de Jacinto, construida en 1505, pero restaurada durante el esplendor de esta acaudalada familia y convertida, posteriormente, en su propio panteón. Sus dimensiones sorprenden al visitante, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño del municipio.

Venta de naipes

Los miembros de este linaje, que tienen en el pueblo un museo, llegaron a financiar otras obras menos vistosas, pero de importancia para sus vecinos, como las de ingeniería hidráulica, uno de los problemas históricos de la villa. Esto se relata en un azulejo que recuerda el pasado histórico de la villa.

También se puede comprobar en uno de los pilares que se encuentran en la calle Real de Málaga de la localidad, que fue en aquella época una de las más prósperas.

Los Gálvez también se hicieron con el monopolio de la venta de naipes en América, por lo que ubicaron en este municipio axárquico una fábrica para abastecer al otro continente. Aunque ya no se percibe la estructura del edificio, sí se puede visitar la calle que lleva su nombre.

Estas tierras axárquicas no sólo han sido cuna de esta próspera familia burguesa, sino también de otros personajes ilustres, como el escritor Salvador Rueda. Este literato malagueño nació en la cercana aldea de Benaque en una «casa pobre», como él mismo definió en una ocasión. El edificio fue restaurado y hace las veces de casa museo de este autor del XIX. A pocos metros de allí se puede visitar también la iglesia del Rosario, en la que destaca muy especialmente un antiguo alminar.

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