El PP sólo aprecia una «pausa» en la actividad criminal de la banda

Éste no es el comunicado «importante» que el PP exige a ETA, según explicó en una declaración institucional su presidente, Mariano Rajoy. Para el primer partido de la oposición, el anuncio de la organización armada marca sólo «una pausa» en su actividad criminal y no implica ni su disolución ni su renuncia a la violencia. Así las cosas, Rajoy ratificó el discurso que su partido ha mantenido en los últimos años, ofreció su colaboración al Gobierno en el marco del Pacto Antiterrorista y se comprometió a prestarle su apoyo para que no pague precio político alguno a ETA a cambio del abandono de las armas.

El líder del PP conoció el comunicado cuando se dirigía a la presentación de un libro sobre la historia de Alianza Popular, en el que compartió mesa con Manuel Fraga y José María Aznar y donde no aludió a la noticia. Poco después, se incorporó a su despacho, atendió una llamada del presidente del Gobierno e, inmediatamente, hizo una declaración pública.

«Hoy, por cuarta vez en los últimos años, se nos anuncia un alto el fuego», señaló, con lo que lo situó al mismo nivel que la «tregua indefinida» de 1998, la tregua parcial dictada por la banda para Cataluña y la que afectó, poco después, a los cargos electos en esta legislatura. Recordó que, recientemente, señaló que el «único comunicado de verdad importante» que la banda podía transmitir era el del anuncio de su disolución y agregó que, por el contrario, este mensaje de ETA «supone reafirmar su voluntad de seguir existiendo», demuestra que «no se arrepiente de nada y no pide perdón a las víctimas del terrorismo». Y tampoco hay novedades en el discurso político que puede deducirse del comunicado, añadió, porque ETA persigue «el objetivo de siempre, que es el derecho de autodeterminación» e impone «las condiciones de siempre».

Con esta lectura política, Rajoy reafirmó todo lo que los populares han dicho «a lo largo de estos últimos años». Así, insistió en que no debe pagarse un precio político por el cese de la actividad terrorista porque «eso supondría convertir al terrorismo en un instrumento para hacer política» y porque sería tanto como reconocer que «los terroristas habrían ganado» y conseguido los objetivos por los que asesinaron a cientos de personas.

En una clara advertencia al Gobierno, al que no mencionó, Rajoy señaló que «el Estado de Derecho debe seguir cumpliendo sus obligaciones». Mencionó expresamente a las Fuerzas de Seguridad, la administración penitenciaria y el Poder Judicial, como una elocuente llamada de atención ante la inminencia de la declaración de Arnaldo Otegi ante la Audiencia Nacional. Antes de concluir, se declaró «dispuesto a colaborar con el Gobierno para derrotar al terrorismo en el marco del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo», algo a lo que Rajoy ha condicionando siempre su respaldo al Ejecutivo. Asimismo, se comprometió a apoyar al Gobierno para que no pague ningún precio político y para que las Fuerzas de Seguridad «sigan trabajando y cumpliendo con su obligación».

Tono más constructivo

Horas después, en el pleno del Congreso, Rajoy aprovechó la sesión de control y su pregunta a José Luis Rodríguez Zapatero sobre el Estatuto de Cataluña para reiterar su declaración, más breve y en un tono más constructivo. «Nos hubiera gustado que ETA dijera que se disolvía y ponía fin a sus actividades criminales», insistió.

Pero, en su intervención en el Parlamento, Rajoy moduló su propuesta de colaboración al Gobierno y dio mayor énfasis a su oferta: «En estas condiciones brindo mi apoyo y el de mi grupo al Gobierno» para no pagar un precio político, apoyar a las víctimas y que el Estado de Derecho siga funcionando. En términos muy similares y también rotundos ofreció: «Mi más estrecha colaboración dentro de los principios que marca el Pacto contra el Terrorismo».