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COLPISA | PARÍS
Miércoles, 8 de febrero 2006, 01:00
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El presidente francés, Jacques Chirac, ha condenado hoy "todas las provocaciones manifiestas susceptibles de atizar peligrosamente las pasiones" pocas horas después de la reproducción por el semanario humorístico Charlie Hebdo de las doce caricaturas de Mahoma publicadas originalmente en Dinamarca, que han provocado una ola de protestas y violencias en el mundo musulmán.
La tirada, de 160.000 ejemplares -60.000 más que lo habitual-, se agotó rápidamente en los kioskos, a los que mañana, jueves, llegará una edición especial de otras 160.000 unidades. "Todo lo que pueda herir las convicciones ajenas y, en especial, las religiosas debe ser evitado", proclamaba Chirac ante el Consejo de Ministros. "La libertad de expresión debe ejercerse con un espíritu de responsabilidad", añadía tras reiterar "los valores de tolerancia y de respeto a todas las creencias". En su intervención, glosada por el portavoz del Gobierno, el jefe del Estado condenaba igualmente los actos violentos contra intereses occidentales en el extranjero perpetrados por musulmanes radicales. Por último, Chirac apelaba al derecho internacional para recordar la responsabilidad de los gobiernos árabes sobre la seguridad de las personas y bienes extranjeros instalados en sus territorios.
Aunque el portavoz gubernamental no precisó las "provocaciones" condenadas por Chirac, nadie duda de que se refería a Charlie Hebdo. Veterana publicación anticlerical e irreverente, de tendencia anarco-izquierdista, su dirección consideró un deber editar un número especial dedicado a las caricaturas de Mahoma para "mostrar que la libertad de expresión debe ser aún más fuerte que la intimidación". Además de los doce dibujos del diario danés Jyllands-Posten, reproducidos en pequeño formarto, Charlie-Hebdo publica sus propias viñetas sobre Mahoma como la que ocupa a toda la plana la portada. Bajo el titular "Mahoma, desbordado por los integristas", se ve al profeta que exclama con la cara cubierta por sus manos: "¡Qué duro es ser amado por gilipollas!".
Varias asociaciones islámicas francesas habían pedido el secuestro judicial del semanario por un delito de "injuria racial y religiosa". Un tribunal de París, sin entrar en el fondo de la cuestión, ha rechazado la pretendida censura previa por un vicio de forma. Los responsables y locales de la revista han sido puestos bajo protección policial a raíz de las amenazas recibidas.
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