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Juguetes de todas las épocas y de diferentes clases sociales

Juguetes de todas las épocas y de diferentes clases sociales

Sonajeros, pajarillos o caballitos de madera han encandilado a los más pequeños de la casa desde la Antigüedad

Daniel Roldán

Jueves, 5 de enero 2017, 07:58

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Los pensadores de juguetes sueñan con que el producto que desarrollaron en su mesa de trabajo sean los más deseados por los pequeños de las casas. Que sus creaciones más novedosas inunden las cartas de miles de niños para los Reyes Magos es una de las satisfacciones más grandes que existen. Pero aunque pasen los años, incluso los siglos, hay juguetes en los que poco se puede innovar, salvo en los materiales de su construcción. Ahí están los pajarillos, los molinillos de viento o las peonzas, elementos comunes en las habitaciones de los niños más pudientes de la Edad Media.

El molinillo derivaba de una importante innovación técnica de la época como era el molino de viento, explica Silvia Alfonso Cabrera, investigadora del departamento de Historia del Arte I (Medieval) de la Universidad Complutense de Madrid que ha analizado los juguetes más importantes del sigloXV en la Revista Digital de Iconografía Medieval como son los sonajeros, los pajarillos, los caballitos de madera y las muñecas. Cuatro actuales elementos de divertimento infantil que hace cinco siglos hacían furor entre los más pequeños.

Pero, claro, había grandes diferencias entre clases. Si los bebés de los agricultores, ganadores o pastores se divertían con una nuez con semillas construida por su padre, los retoños de la alta sociedad tenían entre sus manos auténticas joyas. Estaban hechos de oro, plata y perlas. Un auténtico artículo de lujo para nobles y reyes», apunta Alfonso Cabrera. Con las muñecas, pasaba más de lo mismo. Los Reyes Católicos encargaron a un sastre valenciano tela y ricos trajes para las muñecas de sus hijas, explica. A las hijas más pobres se tenían que contentar con un trapo con el que convertirse en ganaderas o agricultoras.

Porque los juguetes tenían una finalidad muy clara. La diferenciación de sexos era clara. Los hombres tenían encomendadas una serie de tareas en la vida adulta y seles formaban desde pequeños. Los caballitos de madera iban a ser los caballos de batalla. Igual que las niñas. Tenían muñecas pero no como en la actualidad que representan a bebés sino que eran mujeres adultas, a damas. Representaban el futuro de esas niñas. Es llamativo pero que todavía perdura durante el siglo XX y también en este siglo XXI, explica la investigadora.

En cuanto al pajarillo, podía ser metálico, de barro cocido o incluso real, puesto que las representaciones que se conservan lo muestran atado con una cuerda. Este tipo de juguetes en forma de pequeños animales eran entregados a modo de premio y su material dependía del estamento social al que perteneciera el niño y su familia, indica Alfonso Cabrera. Además de estos ejemplos, el estudio enumera otros juguetes típicos de la Edad Media que han perdurado hasta la actualidad: peonzas, cazamariposas, pequeños teatrillos con marionetas y dados. Es curioso observar cómo los niños son niños en cualquier época histórica. Muchas veces se entretienen con el objeto más nimio que nos podamos imaginar, concluye la investigadora.

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