EL VOTO DE SANITARIOS Y MAESTROS
Andalucía en el dieciocho ·
Desde hace tres décadas la gran preocupación de los socialistas en Andalucía era recuperar el voto urbano, el de las grandes ciudades, perdido en beneficio ... de los populares en los noventa. Para el PP siempre fue una espinita adentrarse en los núcleos rurales, que son mayoría en Andalucía y granero de voto socialista. Esto sigue siendo así, pero la nueva política sujeta al eco de las redes sociales ha añadido otra dimensión del voto. De la captación del sufragio geográfico se ha pasado al gremial, entendiéndose este no solo por el de los oficios, sino también por la colectividad social a la que se pertenece.
Y las redes son muy gremiales, además de urbanas. Se ha visto con el éxito de las movilizaciones de las 'kelly' o camareras de piso reivindicando mejoras salariales, o con los pensionistas y las mujeres en las calles. Incluso el movimiento feminista se ha convertido a su vez en agente social dinamizador de luchas sindicales, como las periodistas de la RTVE.
En Andalucía los líderes tomaron nota y se les ha visto afanándose por contactar con toda clase de colectivos o individualidades reivindicativas con la confianza de que con ellos funcione el boca a boca de las redes sociales, que definitivamente han sustituido a los mítines en estadios de fútbol.
La función pública se ha convertido en uno de los campos preferidos. Hay 270.000 empleados públicos en Andalucía con sus correspondientes familias. En este sector, los gremios de médicos y maestros son objetivos preferentes. En esta clave debe entenderse el decreto aprobado esta semana por el Gobierno de la Junta para que los maestros interinos puedan seguir en las bolsas de trabajo aún si no se presentan a las oposiciones. Afecta a 17.000 docentes, pero son muchos miles más los que se han inscrito para las pruebas de acceso a la función pública y confían en acceder a las bolsas.
Pero por los que más se desviven y compiten los líderes políticos son por los médicos. Resulta evidente que la gestión de la sanidad pública andaluza, la joya de la corona de los gobiernos socialistas, según la presidenta, será una de las armas de guerra de la futura campaña electoral. Una joya que ha dejado de brillar como antaño debido a los sacrificios de la crisis. La reducción de jornada y sueldo para no despedir a interinos se ha visto a toro pasado como un error. El Gobierno de Díaz se ha esforzado el último año por revertir el descontento de los profesionales, con gran influencia en el electorado más sensible, el de los pacientes y familiares. Susana Díaz lleva un año visitando hospitales y centros de salud, como esta semana en Osuna.
La oposición busca pescar simpatías en el descontento de los sanitarios y de los usuarios, muchos de ambos compaginando pública y privada. Juanma Moreno (PP) promete mejores salarios a los médicos y equipararlos a los de otras comunidades autónomas. Igualmente promete que el complemento de exclusividad se extienda a los que trabajan a la vez en la pública y la privada, algo que también defiende Juan Marín (Cs).
Teresa Rodríguez (Podemos) ha iniciado una campaña para que se destine el 7% del PIB a sanidad pública, retratándose con profesionales delante del hospital Macarena de Sevilla esta semana pasada. Su compañero de confluencia, Antonio Maíllo (IU), insiste en el 5% del PIB para educación pública. Lo dicho, médicos y maestros, en el punto de mira electoral.
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