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El triunfal retorno del Cautivo

Horizontes cercanos ·

Miles de personas han hecho largas colas en el centro y en la Trinidad para dar la bienvenida al Señor de Málaga / Las lágrimas de Corrales al reencontrarse con su Cristo / La herida del escultor Miñarro y su ‘extraña y rápida’ curación / La emoción del alcalde, reconocido por Francia con su máxima distinción / Los malagueños Fernando de la Rosa y Paco Jurado exponen en Dinamarca y Lituania

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Domingo, 15 de octubre 2017, 10:16

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Triunfal. Ese es el mejor término para calificar el retorno del Cautivo a Málaga, tras cuatro meses «en el hospital», como señala el primer teniente hermano mayor de la cofradía trinitaria, Pepelu Ramos («aquel domingo de mayo, cuando dejamos a nuestro Cautivo en el taller de Miñarro, llorando unos y otros, era la misma sensación como si ingresabas a tu padre en el hospital porque está enfermo...», dice), el regreso del Señor de Málaga desde el pasado lunes ha sido todo un acontecimiento digno, incluso, de estudiar sociológicamente. La devoción que despierta el Cautivo es idéntica a la sensación de tranquilidad que embarga a muchos al saber que de nuevo está aquí. Todo el mundo en Málaga es ‘del’ Cautivo. Incluso los que no creen. Ese es el gran milagro de una de las tallas religiosas que más impacto causa en la sociedad española. Es curioso pensar que en su momento (1939) el dictamen eclesial sobre la imagen del Cautivo (que en principio iba a ser un Ecce Homo) fuese negativo, pero no sería justo echarle las culpas al obispo don Balbino, que tiene bastante con el ‘sambenito’ de haber echado a las cofradías de los templos, ya que hay que decir en su descargo que el prelado actuó siguiendo el informe de la Academia de Bellas Artes, y más concretamente del pintor Luis Cambronero, quien dictaminó en contra de su aprobación más por motivos ‘puristas’ que artísticos, lo que hizo que fuese el propio obispo quien tuvo la idea de que taparan el ‘atrevido cuerpo’ de la talla de Martín Simón (así decía la Academia) con una túnica. Como se ve no hubo mal por bien, porque ahí comenzó la leyenda del Cristo trinitario con su túnica piel de ángel, que es la que hace que parezca que está en movimiento cuando sale en procesión. Lo inaudito es que los doctos académicos no miraran fijamente a los ojos del Señor de Málaga, los mismos que te dejan ‘de piedra’, como decía emocionado Antonio Corrales, uno de los históricos mayordomos del trono del Cautivo en los 70 y 80, quien no pudo reprimir las lágrimas y prácticamente se tiró a los pies de su Cristo para besarlos cuando invitado por la junta de gobierno fue a verlo de nuevo al Palacio del Obispo... El escultor Miñarro está feliz. No sólo por la restauración que ha realizado a tan singular y venerada imagen, sino porque para él ha supuesto algo que según cuentan no puede expresar con palabras. Hay miles de anécdotas para contar desde que en la mañana del domingo 28 de mayo entrara elCautivo en ‘el hospital’, en el número 20 de la sevillana calle de Viriato, pero hemos elegido una: Miñarro se cayó de un taburete y se hizo una dolorosa herida en la pierna. Curiosamente a la misma altura y en la misma pierna en la que la imagen trinitaria presentaba un importante destrozo... La herida del artista tuvo que recibir atención médica, y quedó en regresar al médico a la semana siguiente. En esos días, el imaginero restauró la pierna de la imagen del Cautivo, y cuando concluyó ese parte de su trabajo, acudió al médico que, perplejo, al retirar las vendas comprobó que la herida de Miñarro prácticamente había desaparecido... Ahí queda lo que calificamos de anécdota, pero que cada uno puede asimilar como quiera o desee.

Málaga esperaba al Cautivo como ‘agua de mayo’. La prueba está en las más de 10.000 personas que han hecho colas enormes para verlo, para mirarlo a los ojos, los mismos que te «entran en el alma», como refería el añorado Pepe París, quien, seguro, desde el cielo habrá disfrutado como pocos viendo lo que es y lo que significa el Señor de Málaga, el que todo lo puede, el que tranquiliza a su gente, el que a todos protege. Bienvenido sea el Cristo trinitario, que también ha embelesado al padre Marco Frisina, el ‘músico de cámara del Vaticano’, quien prepara su oratorio que estrenará en el Cervantes en Semana Santa, que fue a verlo y se quedó «emocionado y con una curiosa sensación de paz»... Hoy le mandarán a Roma el póster de SUR.

Emoción también fue la que le embargó al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al recibir de Legión de Honor, máxima distinción que otorga la República de Francia, de manos del embajador de aquel país en España. Sin duda, el alcalde ha hecho más que méritos para tal condecoración, porque de todos es conocida su debilidad por lo francófono, lengua que domina a la perfección, y su gran apoyo de siempre para la Alianza Francesa de Málaga. Ese dominio y cariño permitió que Málaga se beneficiara al conseguir la primera experiencia en el extranjero del Pompidou de París. Junto a su familia y numerosos invitados, Francisco de la Torre no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas al recibir lo que sin duda es un gran honor para cualquiera. Y más para él. Se lo merece.

Fuera de nuestras fronteras nos miran. Y nos disfrutan. Ocurre que en estos días dos artistas malagueños, Fernando de la Rosa y Paco Jurado, ‘hacen patria’ en Dinamarca y en Lituania. La presencia de De la Rosa en la prestigiosa Galleri Nørballe Augustiana en la ciudad danesa de Augustenborg tiene una curiosa historia que se remonta a 1997, cuando el conocido grabador y escultor afincado en la Axarquía Perry Oliver (Pennsylvania, 1941) , visitaba en Málaga la exposición ‘El jardín incipiente’, de Fernando de la Rosa, interesándose por la obra y su autor, a quien quiso conocer personalmente. De aquel encuentro provocado nació una amistad que 20 años después ha dado pie a la muestra colectiva de los dos artistas en Dinamarca. «Te invito a un grabado», le dijo Oliver a Fernando de la Rosa, que aceptó sin dudar trabajar con este veterano y respetado grabador, en su taller de Nerja. Tranquilamente, con sencillez y respeto mutuo, se fue dibujando el paisaje de un relación fértil y duradera, en el arte y la amistad… Hoy puede mirarse con perspectiva este camino recorrido a la par y vislumbrarse nuevos caminos por andar. Perry Oliver y Fernando de la Rosa son dos voces diferentes que se juntaron en armónica labor y cuyo fruto es una excelente muestra de grabador, esculturas y pinturas que está teniendo (estará abierta hasta el 8 de diciembre) tanto éxito que el galerista Kim Nørballe les ha propuesto otra exposición en su sede de Copenhague el próximo mes de febrero.

Y de Dinamarca nos vamos a Lituania, donde el polifacético Paco Jurado expone hasta finales del próximo mes de noviembre en una de las principales galería de Kaunas, donde se pueden apreciar 25 obras acrílicas sobre papel especial que «muestran el sentido de la vida y del arte que yo tengo y que desarrollo desde hace décadas». Paco Jurado (Pako Churado en lituano) lamenta que no pueda estar presente en aquella ciudad, «y que no pueda ver cómo se escribe mi nombre en aquel idioma… pero los médicos me tienen prohibido totalmente largos viajes y montarme en un avión. Mala suerte, pero al menos está mi obra, que es mucho más importante que yo», señala el pintor, escultor y grabador malagueño, que cuenta en la actualidad con 73 años. No es la primera vez, ni mucho menos, que Jurado expone fuera de nuestras fronteras, ya que lo ha hecho en Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, además de Alemania, ya que Bonn fue la primera ciudad fuera de Málaga que acogió sus obras: «Lo recuerdo como si fuera hoy. Entonces era la capital de la Alemania occidental… El tiempo pasa demasiado deprisa», agrega, a la vez que explica que su llegada a Lituania ha venido por el contacto personal que tiene con una familia de aquel país que ha pasado temporadas en Málaga y que conocían la trayectoria artística del que fuera líder sindical, y más tarde fundador y actual presidente de Aplama.

Nos vamos. No tan lejos, pero ya mismo llega Londres. Disfruten de la vida, de los huesos de santo y de los buñuelos. Sean felices y que servidor lo vea.

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