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La saturación turística

La saturación turística

Un informe de McKinsey&Company indica que ya en 1881 la prensa se hacía eco del exceso de turistas del que se quejaban los habitantes de la Isla de Man

MIGUEL VILLEGAS SÁNCHEZ / EX DIRECTOR GENERAL DE TURISMO DE LA JUNTA DE ANDALUCIA COORDINADOR DE TURISMO DE CIVISUR

Lunes, 12 de marzo 2018, 07:48

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Abundan las manifestaciones más o menos acertadas en los medios de comunicación sobre la hipotética saturación turística de la Costa del Sol, de Málaga capital o de algunos sectores de nuestra ciudad, motivada en algunos momentos críticos por la concentración de cruceros. Consideran algunos de nuestros representantes políticos que estamos muy lejos de alcanzar dicha saturación, mientras que parte del empresariado turístico defiende que hay que tomar medidas regulatorias para evitar los graves problemas que podría acarrear el caer en el precipicio de la temida saturación. Debemos reconocer que el fenómeno de la saturación turística no es nuevo. Un informe de McKinsey&Company indica que ya en 1881 la prensa se hacía eco del exceso de turistas del que se quejaban los habitantes de la Isla de Man. Pero es ciertamente en estas décadas cuando el problema ha alcanzado unos límites realmente preocupantes en ciudades como Venecia, Barcelona, Florencia o Berlín.

Ante estos riesgos es necesario analizar con el máximo rigor posible, las causas que pueden hacernos caer en la saturación y los efectos que podrían ser demoledores para la oferta de bienes y servicios turísticos de Málaga.

¿Qué queremos decir con el máximo rigor posible? Pues que el turismo se ha tratado lamentablemente, y salvo excepciones, como un sector fácil de gestionar, de generación 'quasi' espontánea, con índices de crecimiento exponenciales y que permite al político de turno hablar impenitentemente de las estadísticas como autentico mantra. Estadísticas triunfalistas de índice de afluencia de visitantes. Estadísticas no cuestionadas sobre índices de ocupación de establecimientos y de ingresos por turismo. Limitando su actividad en el mejor de los casos a la realización de acciones promocionales en lugares a veces insólitos y con resultados más que discutibles.

Decía el ministro de Información y Turismo Alfredo Sánchez Bella que el Turismo sonaba a ocio, divertimento, a no hacer nada y que era «Como una casa, en la que vive una señora de vida alegre, de la que depende toda la familia, pero de la que nadie quiere hablar». El sector ha sido ninguneado, infravalorado por las instituciones, que han puesto frecuentemente al frente del mismo a auténticos indocumentados o a personalidades con experiencia en campos totalmente ajenos a su cualificación empresarial.

En cierta ocasión, participando en la International Travel Bourse ITB de Berlin, al no reconocer a la subdirectora general de Política Turística de España, me dijo sonriente: «No te extrañe, porque yo vengo de Energía Nuclear». A lo que tuve que contestarle: «Pues yo creo que tan peligroso es que una responsable de energía nuclear dirija el Turismo como que yo, responsable del Turismo, dirigiera la Energía Nuclear».

Rara vez nuestros representantes políticos hablan de sociología de Turismo, de economía turística. Nuevas formas de turismo o Innovación y desarrollo turísticos. Prefieren hablar de estadísticas, inaugurar cartelitos de Semana Santa y Feria, así como de presentar mil y un folletos pero no es habitual que centren su actividad en lo que vulgarmente en el sector se denominan 'ladrillos turísticos'. Aquí y ahora debemos reconocer la clara visión turística del Ayuntamiento de Málaga al centrar gran parte de sus esfuerzos en la consolidación de una oferta museística, difícilmente igualable en España y una apuesta continua por la defensa de las actividades culturales que han colocado a Málaga, sin duda, en el primer puesto del ranking de las ciudades turísticas del Estado. Es igualmente cierto que la Diputación Provincial, entre otros de sus proyectos, destaca la excepcional iniciativa de restaurar y poner en valor turístico el Caminito del Rey, en el desfiladero de los Gaitanes, que compite en los medios de comunicación internacionales con el peligroso sendero de Huashan en la provincia china de Shaanxi en una de las cinco montañas sagradas de China, aunque no ofrecen los mismo niveles de seguridad que el atractivo turístico malagueño, pues según fuentes extraoficiales, se estima en más de cien muertos anuales y gracias a Dios y a la buena gestión de la Diputación de Málaga la perfecta adecuación del Caminito del Rey hacen que su recorrido sea una muy agradable, rentable y segura experiencia.

Para evitar o al menos dotar a Málaga de instrumentos de defensa de su identidad turística y corregir los posibles efectos del 'overturismo', de la saturación turística es razonable proponer que se potencie la unidad del sector, cuidando no crear un estado de alarma y debatir profundamente y con rigor universitario la llamada economía colaborativa y los efectos de la desintermediación. Es necesario establecer un control a los niveles de crecimiento de las líneas áreas 'low cost', así como favorecer políticas de subida de precios de bienes y servicios turísticos, mejorar los planes de marketing , garantizar los empleos de calidad mediante la alta formación de los trabajadores, establecer índices de saturación y fijar tasas turísticas que no serían recaudadas por las empresas del sector.

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