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La Tribuna

Las dudas sobrevuelan Gaza

Los ciudadanos de la franja viven con menos de cuatro horas de electricidad al día, el agua está contaminada y en su sucio Mediterráneo apenas pueden pescar

MERCÈ RIVAS

Jueves, 28 de diciembre 2017, 07:52

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El gobierno de la franja de Gaza, liderado por el grupo Hamas, dice que van a ceder el poder a la autoridad palestina y convocar elecciones. Pero las cosas no son tan sencillas. Eso ya pasó y fracasó. En las últimas semanas hemos visto cómo los miembros de Hamas, organización palestina que se declara como yihadista, nacionalista e islámica, han hecho pública una declaración, tras las presiones de Egipto, para dejar el gobierno de Gaza y convocar elecciones, acontecimiento que no sucede desde 2006, pero son muchas las interrogantes que esa afirmación sugiere.

¿Quién puede creerse a estas alturas que Hamas va a dejar el poder que controla férreamente? ¿Qué va a hacer con las milicias que tanto ha entrenado y con los funcionarios? Pero la más importante es: ¿cambiará en algo la vida de los gazatíes que sufren un bloqueo absoluto de mercancías y personas por parte de Israel?

¡Insha'Allah! (¡Dios lo quiera! ) suspirarán los dos millones de personas que viven en la franja de Gaza, pero en su interior dudan y ven con recelo el papel de Abbas el cual no ha visitado la Franja desde 2007. Los medios de comunicación han afirmado que este cambio de estrategia o de opinión está basado en el acuerdo de reconciliación alcanzado en abril de 2011 también en El Cairo para zanjar las disputas inter palestinas y que quedó en papel mojado.

El bloqueo egipcio e israelí, el aislamiento internacional de Qatar, uno de los principales inversores y valedores de Hamás en Gaza; las tres guerras sufridas en la última década y las recientes medidas de presión aprobadas por el Gobierno de Ramala, como la negativa a seguir pagando a los israelíes la factura de la luz de Gaza, explican el cambio de postura de Hamás.

Es posible que «Hamás esté intentado demostrar al Gobierno de El Cairo la seriedad de su compromiso de reconciliación con la Autoridad Palestina, a la espera de recibir en contrapartida una mejora del suministro eléctrico y la apertura de la frontera de Rafah para aliviar el bloqueo impuesto a los dos millones de gazatíes», opinaba recientemente el diario israelí Haaretz pero difícil de creer para una población agotada.

Los ciudadanos de la franja de Gaza viven con menos de cuatro horas de luz diaria y ya estamos en invierno, que suele ser frío y muy húmedo. El agua está contaminada, ya que los últimos bombardeos israelíes de 2015 destruyeron todas las potabilizadoras de agua. En su sucio Mediterráneo, apenas pueden pescar los marineros de Gaza ya que si entran más de seis millas son bombardeados por los israelíes que los vigilan a través de drones.

Y eso que en ese trozo de costa no hay sólo aguas contaminadas sino también importantes bolsas de gas controladas por Israel. Con ese gas los gazatíes serían autosuficientes energéticamente. Este punto es importantísimo, pero nadie habla de él.

A unos 20 kilómetros de la costa hay el suficiente gas como para resolver los problemas de electricidad y tratamiento de aguas residuales de Gaza. En 1999 se descubrieron las citadas bolsas y la licencia para la exploración y producción fue otorgada a BG Group, la mayor compañía británica de petróleo y gas adquirida por Shell y controlada por Israel.

Desde 1967, Israel ha colonizado sistemáticamente los recursos naturales palestinos. En el campo de los hidrocarburos, ha impedido a los palestinos acceder a sus propias reservas de petróleo y gas y lo mismo ocurre con el agua. Sin energía y sin agua es imposible vivir.

Aunque los palestinos disponen teóricamente de agua, Israel ejerce un férreo control del líquido y les limita el consumo según sus intereses. La calidad del agua, especialmente en la Franja de Gaza, es pésima. Un informe elaborado por la ONG israelí BTselem señala que el 90% del líquido al que tienen acceso los habitantes de la Franja no es potable y no es apta ni para el consumo ni para cocinar, ni para lavarse los dientes: está demasiado salada y sucia, además de contener un alto porcentaje de nitratos cancerígenos.

Desde que comenzó el bloqueo de Israel al territorio palestino de Gaza, la Compañía de Generación de Energía de Gaza (GPGC), la única empresa de su tipo en el territorio palestino, funciona con combustible líquido que es comprado y transportado a la Franja de Gaza desde Cisjordania.

Para complementar la energía de GPGC, Gaza compra electricidad de la Compañía de Electricidad de Israel así como de la red eléctrica egipcia pero es insuficiente para satisfacer la demanda local. Pero ¿si Hamas deja el poder va a cambiar esta situación? ¿Podrán los habitantes de Gaza tener recursos energéticos y agua para sobrevivir? ¿Podrán tener los hospitales medicamentos para sus enfermos? Verlo para creerlo.

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