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Ay, Dios

Cita en el Sur ·

Pablo Aranda

Málaga

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Sábado, 23 de septiembre 2017, 10:57

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Ahora que casi han suprimido el Impuesto de Sucesiones en Andalucía estoy deseando heredar un millón de euros. Lo peor que podría pasarnos a todos los que estamos a punto de heredar ese millón es hacerlo justo el 1 de octubre, o el 25 de diciembre fun fun fun (¿deberíamos pronunciarlo fan?), pues la bajada no entra en vigor mortis hasta el 1 de enero. Si el 31 de diciembre nos sentamos todos a la mesa del señor -del señor heredero- será la buena nueva, el pistoletazo que aliviará la infinita tristeza que nos causaría la muerte del tío rico que todos llevamos fuera. La impuesta bajada del impuesto permitirá presuntamente tener presupuestos. La bajada hará que el PSOE pueda aprobar las cuentas con el apoyo de Ciudadanos. El PP lleva tiempo exigiendo la eliminación del impuesto y el alcalde de Málaga ha participado en un acto para exigir su eliminación completa, vaya que en vez de un millón heredemos dos. Lo mejor del millón de euros es recordarlo en pesetas, ciento sesenta y seis millones, pero si se trata de dos es mejor dejarlo en euros y así evitamos tener que multiplicar. Sin embargo tendremos que seguir pagando el impuesto de la plusvalía, municipal, que pagamos aunque tengamos la malísima suerte de heredar menos de un millón, nada, calderilla. El alcalde ha asegurado que están haciendo un esfuerzo para rebajar la maldita plusvalía, que en Málaga roza el máximo permitido, y culpa al Gobierno central, que ahora mismo no está para negociar nada.

Coincidiendo con la bajada del impuesto se ha muerto en París Liliane Bettencourt, la mujer más rica del mundo, a los 94 años. Deja una fortuna de treinta mil millones de euros, a ver quién es el listo de decirlo en pesetas. Su única hija tal vez desearía vivir en Málaga, por los impuestos, aunque tendría que esconder el cadáver hasta el 1 de enero. Esconder un cuerpo no suele ser fácil, a pesar de que algunos tratan de encontrar soluciones para ello. En Valencia un hombre mató a su peluquero la semana pasada y lo hizo pedacitos para que cupiera en una maleta. Algunos peinados no tienen nombre, pero eso no es para descuartizar a nadie, menos aún para matar al policía que fue a detenerlo, menuda desgracia. En Majadahona están juzgando ahora a un hombre llamado Bruno que descuartizó a su tía y a su inquilina. Esperemos que no cunda el ejemplo. Heredar un millón, de todas formas, trae problemas, además de impuestos. La hija de Bettencourt denunció una lista de personalidades que iban a tomar un café au lait (café, olé) con la anciana ya demente y salían con varios millones, entre ellos algunos políticos que entendían que Hacienda somos todos pero sobre todo ellos.

Posiblemente la mayoría de nosotros no nos beneficiaremos de la bajada del impuesto, aunque qué alivio que se deje de hablar del tema. Podemos ocuparnos de otra cosa ¿a alguien se le ocurre alguna, ay, Dios?

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