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Con el comer no se juega

La rotonda ·

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Sábado, 14 de octubre 2017, 09:46

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Entre un 30 y un 50 por ciento han caído las reservas hoteleras en Cataluña. La economía española va a revisar el crecimiento de su PIB tras la locura Puigdemont-Junqueras-CUP-Podemos-Garzón, quinteto que pasará a la historia de este país como aquellas delanteras del Real Madrid o del Zaragoza, pero no para recordar sus hazañas precisamente. Más de 500 empresas han abandonado Cataluña. La prima de riesgo ha vuelto a nuestras vidas, y siempre que aparece es para nada bueno. La bolsa se ha ido al pozo para alegría de los ricos, que lo serán aún más. Se habla de cientos de contratos que serán cortados en la hostelería catalana si la baja de clientes prosigue... Podíamos seguir enumerando lo que ustedes quieran y más, pero la verdad es que da vergüenza, encabrona y desespera. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI, en la época de la globalización, una panda de catetos quiera aislarse del mundo? Y mintiendo, porque ya me dirán ustedes si no nos está costando dinero, a todos, a Cataluña también, la broma. No sólo queda ahí la cosa, sino que han abierto una fractura social que tardaremos mucho en restañar. El Govern ha asomado a Cataluña al abismo, pero también a los demás, al filo del capricho de quienes hablan de libertades desobedeciendo leyes, falseando datos económicos, con recuento fraudulento de votos, inventando heridos y mandando a los Mossos a la desobediencia. Pero volvamos al turismo. Ya lo contamos hace una semanas en esta misma Rotonda y algún listo habló de exageración. Maldita sea la gracia que la jugadita del 'dúo Puig-Jun' con sus palmeros nos afecte a los demás. No sólo a niveles de macroeconomía, sino porque turísticamente este país, esta Comunidad nuestra y Málaga y la Costa del Sol pueden verse afectadas. Repito, que el extranjero no sabe la distancia que hay entre Salou y Torremolinos, lo mismo que un turista español desconoce la que existe entre Manchester y Londres. Desde Alemania y Gran Bretaña nos alertan de que tanto Andalucía como la Costa del Sol van a verse afectadas desde el punto de vista turístico, y que seguramente habrá que hacer un redoblado esfuerzo promocional para zanjar el miedo que la inseguridad produce en los turistas, algo que los aleja de donde ocurre. Hemos vivido un año para la gloria, con casi 80 millones de turistas en este país, y todos, en Andalucía y Málaga también, hemos rotos cifras, pero 2018 puede sufrir. Hay una enorme expectación por comprobar qué nos dice ese barómetro para el sector que es la World Travel Market, a celebrar entre el 5 y el 8 de noviembre ya cercano. Allí lo vamos a 'oler', porque tanto la WTM como la ITB te dicen, sin cifras ni nada por el estilo, qué va a pasar. Y pocas veces se equivocan. Unos desaprensivos han jugado con las cosas de comer, y eso es muy peligroso. Sus autores no sólo tendrán que responder ante los jueces, sino también ante la historia y el resto de españoles.

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