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Entre el cielo y Fitur
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Entre el cielo y Fitur

Fitur recuerda a Antonio Garrido Moraga, el primer concejal de Turismo de la historia de Málaga.-El Caminito del Rey, el ‘gancho’ para los viajeros ‘milennials’.-Asián, Larrañaga, Hidalgo, Moneo, Palazuelos, Vasallo, nombres propios protagonistas en Ifema.-Martín Graciani, orgulloso padre.-Fiturear, ‘verbo’ conjugado por los que van a la feria sin nada que hacer

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Domingo, 21 de enero 2018, 10:26

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Se va una semana de lo más extraña, que comenzó con la inesperada y triste muerte de Antonio Garrido y finaliza hoy en Ifema con Fitur. Ocurren cosas que nunca das por posibles, sobre todo cuando ni piensas en ellas ni tan siquiera te acercas a la dura realidad de la vida. Es como la auto defensa que tenemos los racionales, los únicos animales que sabemos que vamos a morir, lo que no deja de ser un fastidio.

En la feria madrileña, como en Málaga, la sombra de Garrido Moraga fue larga y su triste ausencia, notoria. No hay que olvidar que fue el primer concejal de Turismo de la ciudad, y sin duda el verdadero ‘padre’ de lo que hoy es Málaga a nivel turístico y cultural, y que apostó por una presencia diferenciada y notoria de la capital de la Costa del Sol en estos encuentros internacionales de turismo. «No somos nada y tenemos que aspirar a todo», señalaba allá a finales de los años 90. Su espíritu sobrevoló Fitur, su nombre se repitió una y otra vez en cualquier conversación, y su recuerdo será siempre permanente: la presidenta Susana Díaz tuvo palabras de recuerdo para él, y el alcalde, Francisco de la Torre, anunció que su nombre figurará en la nueva plaza que se construye a espaldas de Tabacalera. Como siempre, los honores para los muertos, cuando deberían ser en vida, para su uso y disfrute. Como a Chiquito, que le entregarán (a título póstumo) la Medalla de las Bellas Artes en un acto con los Reyes en el Centro Pompidou. ¡Con lo que hubiera disfrutado él en ese acto!… Pero no. Chiquito, Pablo García Baena, Garrido Moraga… Se nos están yendo los buenos lo mismo que se escapa la arena de entre las manos. Decía San Agustín que la muerte no es el final. Es posible, sobre todo para los que creemos, pero no por ello es una verdadera grosería que haya que esperar a la muerte para honrar a los que lo merecieron en vida. Un busto de Garrido Moraga con su bien puesta palomita deberá presidir ese nuevo espacio urbano para siempre jamás. No hay que hacer homenajes minimalistas a quien amó y ensalzó como pocos el barroco en su máxima amplitud, en su mayor dimensión. No estaría demás homenajear a los que se lo merecen según su forma de entender la vida, no como las entienden los demás. Ya bastante pena es reconocer a los que estuvieron cuando ya no están. Eso parece que va en nuestro ADN, pero no por ello debemos sentirnos orgullosos, ni mucho menos.

Los hermanos Campano y Ramón Jiménez, en Renfe, con el Caminito del Rey como principal protagonista. Pablo Gonzalo y el equipo de El Pimpi, en el expositor de Málaga, con Francisco Quereda. Ignacio Vasallo, con Pilar Martínez, redactora de SUR, en Fitur. SUR / F. Loreznso y Salvador Salas
Imagen principal - Los hermanos Campano y Ramón Jiménez, en Renfe, con el Caminito del Rey como principal protagonista. Pablo Gonzalo y el equipo de El Pimpi, en el expositor de Málaga, con Francisco Quereda. Ignacio Vasallo, con Pilar Martínez, redactora de SUR, en Fitur.
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Imagen secundaria 2 - Los hermanos Campano y Ramón Jiménez, en Renfe, con el Caminito del Rey como principal protagonista. Pablo Gonzalo y el equipo de El Pimpi, en el expositor de Málaga, con Francisco Quereda. Ignacio Vasallo, con Pilar Martínez, redactora de SUR, en Fitur.

Decía Manuel Alcántara, con sus flamantes 90 años, que lo peor de cumplir años es que la agenda se te va quedando vacía. Como poco ya nunca contestarán cuando los llames…

Fitur nos ha dejado claras muchas cosas, entre ellas que hay todavía mucha gente que va para no hacer nada... Es lo que en términos coloquiales se denomina ‘fiturear’: aquellos (cargos públicos y no públicos) que van a la feria sin agenda, sin reuniones previstas, sin nada que hacer, o, simplemente, con absurdas comparecencias públicas que no les interesa a nadie, a dar vueltas y más vueltas. Hubo un momento, en el ‘esplendor’ de la crisis económica, que la ‘excursión política’ a Fitur se cortó de forma drástica, pero la memoria es tan ligera muchas veces que en cuanto parece que los buenos tiempos asoman, otra vez tenemos un ‘overbooking’ de cargos intermedios que ni hacen nada ni se les espera, pero que para ellos viajar a Madrid es como un viaje escolar de fin de curso para los zagales... Maravillosos (sic) ocho concejales de un pueblo del interior de nuestra provincia que deambulaban por el pabellón 3 en busca de una foto, un saludo o, simplemente, una caricia…

Ello, lógico, fastidia a quienes van a trabajar y lo hacen con agendas cargadas de reuniones y de actos con cierta lógica. Por cierto, que ‘chapeau’ para la Secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asián, siempre pendiente de las cosas de la Costa del Sol y de Málaga. Ya que nunca hemos tenido un/una SET malagueño/a, al menos que quien está en el cargo se preocupe por nuestras cosas, como hace ella. Es una de esas políticas que engrandecen la cosa pública, que tiene magníficos y abnegados representantes, y eso se agradece.

Fitur es como un mapamundi en chiquitito, que te permite saltar de una continente a otro apenas recorriendo unos pocos cientos de metros. Todo lo tienes a mano pese a la grandiosidad de la feria que dirige, con acierto notable desde hace años, Ana Larrañaga, otra persona comprometida con Málaga y la Costa del Sol desde siempre.

Con la referida facilidad casi virtual, se producen ‘encuentros’, como el caso de Pedro Martín Graciani, responsable de la cadena hotelera Roc en Cuba, quien alardeó (con razón) de chef de categoría con su hijo, Carlos Martín Márquez, quien ha estado en el pabellón de Andalucía en el servicio de hostelería que ha cubierto los distintos actos organizados por Turismo Andaluz. «He sido muy feliz presentándole a Carlos a las autoridades cubanas», decía Pedro Martín, quien pese a llevar ya unos cuantos años en aquel país iberoamericano está muy pendiente y al tanto de su tierra natal.

Desde luego, si hay inversiones que hayan tenido rédito en el ámbito turismo en Málaga en los últimos años, la que más sin duda es la del Caminito del Rey, obra que por tantas y tantas pegas (culpa de esos cargos intermedios que en la Junta de Andalucía hacen flaco favor a sus superiores y a los ciudadanos, en un extraño equilibrio de la mediocridad más absurda y galopante) tardó mucho en salir adelante, y que sin embargo Elías Bendodo supo desatascar con su habitual habilidad política, y que se ha convertido en una atracción estrella, hasta el punto de que se utiliza como gancho importante para atraer al ‘turista milennials’, ese tan deseado por todos: madurito pero todavía joven, experto en nuevas tecnologías y en redes sociales, ya con dinerito y con ganas de pasarlo muy bien, que no piensa tanto en la comodidad de una habitación de hotel sino en que tenga wifi y todo lo necesario para su ‘conexión’ con el mundo, y que goza tanto con una estrella Michelín como con una súper hamburguesa... Pues ese es el gran atractivo que la Málaga de interior está poniendo en valor: un Caminito del Rey que ha revolucionado la economía del Guadalhorce y que demuestra que las cosas cuando se hacen bien tienen rédito y hay para todos, sean del color político que sean. «La Costa del Sol no tiene un complemento con el Caminito del Rey, sino un atractivo más», comentaban cargos de Renfe a los hermanos Campano, responsables de la concesión, y al propietario de Antequera Golf, Ramón Jiménez, en el pabellón 10, donde otro buen amigo de la Costa del Sol, José Hidalgo, presidente de Globalia, mantenía una actividad frenética «que es lo que me mantienen en forma y con buena salud». Muy cerca, el expositor de Iberia, donde los responsables nacional y andaluz, Víctor Moneo y Ricardo Palazuelo, destacaban una y otra vez la importancia de Málaga y el enorme crecimiento del tráfico en su aeropuerto, de ahí la explicación del rostro de satisfacción de Salvador Merino, director del mismo, quien no quiso desvelar datos de las que parecen inminentes conexiones de nuestra ciudad con China y Qatar, dos viejas aspiraciones del sector turístico local y que pueden dar enorme juego.

Lo dicho, lo del Caminito del Rey es un boom, y ha superado todas las previsiones habidas y por haber. En Fitur, una vez más, ha sido uno de los atractivos estrella de Málaga, capital de moda como señalaba Ignacio Vasallo, uno de los expertos turísticos más considerados en este país nuestro, quien ocupó todos los cargos habidos y por haber y que ahora disfruta de una ‘jubilación activa’, ya que no para de escribir e investigar...

Ya en Málaga. Sean felices, lo que puedan. Semana para olvidar, entre otras cosas porque nunca antes se miró tanto al cielo desde Fitur...

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