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Ángel Herrera y el deber de memoria

¿Acaso no existe un cierto paralelismo, salvando la distancia temporal, entre el cardenal Herrera Oria en España y el cardenal Bergoglio en Argentina? El que suscribe, así lo cree

FRANCISCO J. CARRILLO. ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS

Jueves, 14 de septiembre 2017, 07:41

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El que fuera abogado del Estado, periodista, político activo en las filas del 'catolicismo social', defensor de la 'accidentalidad' de las formas de gobierno ante la llegada de la II República (lo que en nada agradó a los monárquicos de la época), decidió, antes del comienzo de la Guerra de España, marchar a Friburgo para tomar los hábitos. Esta decisión daba por terminada una vida pública civil. El 30 de junio de 1947 Ángel Herrera Oria es nombrado por la Santa Sede obispo de Málaga. Hace apenas unos días se conmemoró el 70 aniversario de este acontecimiento envuelto de público silencio. En Málaga descansan sus restos. Aquí se le otorgó escultura algo descolocada. En 1966 fue proclamado cardenal por Pablo VI, decisión de un Montini no bien visto por las autoridades de la época.

¿'Deber de memoria'? Si se hiciera una encuesta de calle, las nuevas generaciones responderían ignorar la existencia del personaje. No se les puede reprochar ante la ausencia reiterada de la enseñanza de la historia de España. Problema de desconocimiento de raíces y de hechos significativos, sean del signo que fueren.

La llegada a Málaga de Herrera Oria produjo morbo político y respeto. Un 'republicano accidentalista', militante del 'catolicismo social', como obispo. Se le vinculó al papa de la 'Cuestión Social', León XIII, con su documento 'Rerum Novarum' que denunciaba a finales del XIX los estragos del capitalismo salvaje sin horarios ni vacaciones pagadas. Llega a una Málaga social y económicamente muy deprimida, con altísimos índices de analfabetismo en una buena parte de sus pueblos. Entre sus prioridades, la preparación para la 'acción social' en la sociedad de la época; la lucha contra el hambre y la pobreza; la intervención en zonas periféricas de exclusión; la educación y la alfabetización en zonas rurales con población dispersa (creó 272 escuelas que eran a su vez centros de atención y confluencia). Intentó abordar una reforma agraria provincial, en donde no logró interlocutores; sin olvidar sus homilías en la misa de las 13.00 horas en la Catedral de Málaga cuyo contenido era grabado por los servicios de información del Régimen. Me consta puso a la disposición de la lucha contra la lepra y las enfermedades llamadas 'sociales' la red diocesana que de él dependía. Introdujo en algunos colegios la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia (que para algunos era 'revolucionario') como contrapunto de facto a la asignatura obligatoria de 'Formación del espíritu nacional' (de inspiración falangista). Desde el Boletín de la Diócesis de Málaga, sostuvo un enérgico intercambio con el entonces ministro de Información (década de los años 50) sobre la libertad de prensa, con posiciones contrarias a la Ley de Prensa de 1938, de la que criticaba principalmente la censura previa y las consignas de obligado cumplimiento. En 1966, se aprobó una nueva Ley de Prensa , calificada de 'aperturista', cuyo primer borrador se atribuye a Herrera Oria quien hizo posible convencer al jefe del Estado ante las presiones involucionistas (no se dispone de minutas de estas conversaciones en el marco de la 'teoría del mal menor'). En 1945 hizo unas gestiones entre la Santa Sede y Lausana en donde residía la familia real, para promover conversaciones entre don Juan de Borbón y el entonces jefe del Estado que no dieron resultado. Cabe imaginar que fueron motivadas por la concepción que tenía del bien común, de la apertura de fronteras y del progreso de España.

Nacido en Santander en 1886, muere en Madrid en 1968. En 1907 gana las oposiciones a abogado del Estado. En 1910 funda, con el jesuita Ángel Ayala, una asociación de seglares católicos (ACNdeP) inspirada en los principios de libertad, justicia distributiva y bien común. En 1911 asume la dirección del periódico 'El Debate' y en 1926 crea la primera Escuela de Periodismo en España. En los años 30 funda el CEU (Centro de Estudios Universitarios) y el Instituto Social Obrero. En la posguerra, impulsó la creación del Colegio Mayor Pío XII, la Facultad de Ciencias Sociales (en aquel entonces la Sociología apenas existía en España), la Residencia Pío XI para posgraduados y el Colegio Mayor San Pablo. Ángel Herrera creía firmemente en la formación de cuadros bien preparados, al igual que Giner de los Ríos con la Institución Libre de Enseñanza y Pablo Iglesias con los primeros cuadros socialistas, experiencias que conocía y admiraba, según Antonio Montero Moreno.

Ángel Herrera cimentó un amplio dispositivo de educación, enseñanza y difusión del saber para la acción. Su objetivo: formar ciudadanos libres, inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia pero familiarizados con las Ciencias sociales y humanas y con las Ciencias exactas y naturales, de los que dependería un buen funcionamiento de la sociedad y la gobernabilidad de España en su diversidad. (Siendo director de 'El Debate' introdujo la cogestión en la empresa, las vacaciones pagadas y los préstamos sin interés para adquirir la vivienda familiar). Toda una perspectiva muy adulterada en nuestros días por los aspectos más oscuros de la globalización y por la hegemonía de la codicia y de la competitividad, como alerta el Papa Francisco. ¿Acaso no existe un cierto paralelismo, salvando la distancia temporal, entre el cardenal Herrera Oria en España y el cardenal Bergoglio en Argentina? El que suscribe, así lo cree.

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