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El alcalde en Nueva York

Voltaje ·

Paco de la Torre ha elogiado en Nueva York nuestro crecimiento en el sector del 'turismo de sensaciones'

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Viernes, 13 de julio 2018, 09:46

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El alcalde ha ido a Nueva York y ha puesto Málaga como modelo de turismo sostenible. La noticia podría sonar a coña si no fuese porque sabemos que es verdad. Lo ha hecho en la sede de las Naciones Unidas, nada menos, y luego ha ido a la Metroplitan College a explicarle algo parecido a un grupo de alumnos de quienes automáticamente me compadezco. Escuchar al alcalde no es en principio ningún horror, pero cuando pone su mente en plan 'egotrip' y su dialéctica se enreda en sí misma, da la impresión de que lo que pretende es hacerse con la conversación por puro hartazgo, que es lo más parecido a dejarle a uno sin argumentos.

Paco de la Torre en Nueva York también ha elogiado nuestro crecimiento en turismo cultural, en el turismo de congresos y «en el de sensaciones», que ya entenderán ellos a qué sensaciones se refiere mientras que los de aquí imaginamos ahora mismo una procesión de muñecas hinchables o una escena de hooligans en la puerta. En la nota de prensa municipal que informa de estos detalles de semejante viaje por New York también sorprende el empleo del verbo 'reivindicar': Francisco de la Torre reivindicó en Naciones Unidas un modelo de turístico que permita crecer con un compromiso con la calidad y no solo pensando en las estadísticas» y teniendo en cuenta las necesidades tanto de los vecinos como de los turistas. Eso sí que tiene que ser de coña, imaginar al alcalde erigido tal y como lo haría una aparición mariana en pleno Times Square, situándose como el gran mediador internacional de la defensa de los vecinos, un tipo que dirige una ciudad que dudosamente los estadounidenses podrían situar en un mapa y que está cada día más irreconocible, alcanzando en materia de desfase turístico una notoriedad de ámbito nacional aunque sea una realidad invisible para el propio Ayuntamiento.

Es una lástima que no hubiera nadie allí para rebatirle en la loca idea de poner a Málaga como un ejemplo de turismo sostenible, por ejemplo alguien a quien previamente hayamos podamos meter en un AVE a Málaga un viernes por la tarde para explicarle in situ que la capital malagueña, si no está ya masificada, está al borde de culminar un proceso de autodestrucción en una zona además muy limitada, y que al habitante le produce un desapego tremendo comprobar que las zonas más emblemáticas de la ciudad se están convirtiendo en franquiciados donde la presencia malagueña es residual, y acepta propinas. Si mediante un neoyorkino trance resultara verídico que el alcalde está preocupado por el bienestar de los habitantes y por la defensa de la ciudad, eso quiere decir que el turismo se le está yendo de las manos a él y al propio Ayuntamiento. Eso sí que sería un bonito viaje en Nueva York: explicar que el hecho de que una ciudad viva solo del turismo puede convertirse en una desgracia para sus habitantes.

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