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Agit-prop

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Viernes, 12 de enero 2018, 07:49

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Con suerte, este puede ser un año sin elecciones en Andalucía, salvo que Rajoy se vea forzado a convocar generales por la falta de Presupuestos, porque Susana Díaz no tiene intención de anticipar las suyas, que tocan en marzo del 2019. Pero la Navidad y el inicio de curso se ha ido en declaraciones de los políticos de guardia acerca de la posibilidad de que en efecto sí que haya autonómicas y que si desde el PSOE andaluz se desmiente es sólo una señal más de que sí las habrá.

La verdad, el tema resulta cansino y no merecería más mención si no fuera porque tiene una cara B, de esas que hace tan sugerente la política como una peli de suspense. La repetición del argumento del 'que vienen las elecciones' tiene toda la pinta de que encierra una utilización de la tesis del anticipo por parte del Partido Popular no tanto para desgastar a Susana Díaz como para engrasar la maquinaria propia y forzar un cierre de filas de la organización ante la supuesta inminencia de la cita con las urnas.

Además, y sobre todo, la cantinela del posible anticipo electoral vendría a decir que no hay tiempo para buscar otro candidato, porque crece el descontento entre las bases populares hacia las expectativas de su líder, Juanma Moreno, a quienes ya muchos critican abiertamente y organizaciones potentes se despegan de sus estrategias. Provincias díscolas acrecientan sus distancias, como Sevilla, donde ha retornado Javier Arenas y al presidente popular andaluz se le ha vuelto en contra que se pusiera de perfil y no diera un golpe de mano en la crisis interna. Moreno lo sabe y hoy hará una llamada a firmes a todos los presidentes provinciales, con quienes se reúne en Cádiz.

Incluso se ha hablado de movimientos internos para buscar un sustituto a Juanma Moreno, y hasta se ha barajado algún nombre con posibilidades, un cierto alcalde. Pero cualquier conspiración queda obligatoriamente en suspenso si es que las elecciones se llevan a cabo en junio, o incluso en septiembre, la segunda fecha que los mentideros populares han lanzado, porque no hay tiempo de forjar otro cartel.

Es decir, pues, que la declaración formal de Moreno para abrir el curso político, el primer día tras las vacaciones, con toda solemnidad y ante toda su ejecutiva, acerca de poner el partido en alerta máxima para unas inminentes elecciones puede ser algo así como una maniobra de supervivencia. El plazo de dos comicios que Moreno se dio para ganar se agota, las encuestas parece que no le dan buenos datos y, además, en Madrid le flaquean los apoyos, con Moragas en la ONU, Soraya Sáenz de Santamaría en baja y hasta Rajoy, dicen, decidido a no volver a presentarse. Habrá partido.

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