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LA TRIBUNA

La gestión del agua y los subtropicales

El sector insta a la administración competente en la materia, que oriente sus esfuerzos y trabajos para que no se genere un escenario económico y natural negativo en las provincias de Málaga y Granada

DANIEL RUIZ PORRAS / ECONOMISTA

Lunes, 5 de junio 2017, 07:32

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Hasta finales del siglo XX, la preocupación por el acceso al agua estuvo muy reducida a determinadas zonas geográficas de gran escasez y no se planteó como un problema de escala global. El paradigma tradicional consideraba que el agua no era un recurso escaso, sino que estaba mal distribuido. Así, los problemas de escasez de agua que sufrían ciertas regiones más secas y áridas eran, si bien graves, localizados y consecuencia de un mal reparto del recurso. En la presente, el nuevo paradigma refleja que la escasez del agua es un problema a nivel global.

Es a comienzos de la década de los 90, tan solo tenía 7 años, cuando viví junto a mi familia la primera sequía y restricción de agua. La incertidumbre, impotencia e inefectividad de las políticas de agua de aquellos años, me hicieron tomar conciencia sobre un bien público de primera necesidad. Escenario, que contribuyó a mejorar la adecuación del riego en un sector que emergía y se consolidaba con fuerza, pasión, tenacidad y consistencia dentro del mercado exterior e interior. Sin embargo, aún queda un gran recorrido por hacer.

La generación de riqueza dentro de un sector productivo. El esfuerzo constante presente y futuro de los integrantes de una cadena de valor y la puesta en marcha de un tejido empresarial que genera más del 50% de las exportaciones de la provincia sin la necesidad de ayudas públicas. No es suficiente, según se ve, para que las autoridades competentes en materia de gestión de agua generen sinergias para apoyar el principal input para el sector de agricultura tropical malagueña y granadina.

La tensión existente entre el colectivo es cada vez mayor. Pero aún más, se intensifica, cuando se observa la ineficiencia sobre la gestión. Si se atiende a un informe publicado por la OECD Water Governance, se observa lo siguiente. En primera instancia, por nuestra condición geográfica, somos un país con un gran estrés hídrico. Lo paradójico es lo sucesivo; la inversión monetaria destinada a la gestión sobre la materia es inferior a la media europea. Además y para enfatizar, existen duplicidades en las administraciones publicas encargas en dicho cometido.

Es, en este momento, donde se debe plantear un inciso. Puesto que no puedo dejar pasar dos interrogantes hacia los lectores y los órganos competentes. Una, como economista y gestor patrimonial; ¿No aprendemos de la gestión ineficiente? En empresa, un fracaso es un elemento potenciador para perfeccionar y proyectar una mejora en el proceso de gestión. Dos, como agricultor, ¿Por qué, incluso siendo unos de los principales sectores en generación VAB de la provincia, el sector primario no tiene una ayuda directa a la mejora de infraestructuras? No es necesario hacer cosas extraordinarias para conseguir resultados extraordinarios.

En un informe publicado por Fidelity, se recoge que gran parte de las infraestructuras del agua siguen siendo feudo de la jurisdicción pública. Así pues, en 2015 el 85 por ciento de la población mundial, recibían suministro de agua de empresas públicas y el 15% de empresas mixtas público privadas. Sin embargo, el cambio de tendencia de acuerdo a las proyecciones realizadas muestra que para 2030 el 22 por ciento de la población mundial reciba suministro de agua de empresas mixtas público-privadas. En Europa, el 31% de la población ya tiene servicio deorganizaciones mixta. En Norteamérica el crecimiento esperado de la población suministrada por empresas es casi del 50% y en Asia de casi el 100 por ciento.

De este cambio tendencial de lo público a lo mixto o privado puede vislumbrare ciertos aspectos. En primer lugar la eficiencia en la gestión del recurso. Posteriormente, la capacidad en la generación de valor mediante las instituciones mixtas. A continuación la facultad de generar modelos de gestión sostenible y comprometida con la comunidad. Basados en estándares de inversión socialmente responsable. Como ocurre en las regiones citadas anteriormente.

El sector demanda, reclama, suplica e insta a la administración competente en la materia, que oriente sus esfuerzos y trabajos para que no se genere un escenario económico y natural negativo en las provincias de Málaga y Granada. Que tome ejemplo, de países pioneros en la gestión hídrica y en los cultivos tropicales; que aprendamos. Como es el caso de Israel, con la denominada autovía del agua finalizada en 1964. Generándose así una redistribución eficiente de los recursos escasos.

Cabe mencionar a P. Samuelson (1970) premio nobel de economía y Adam Smith (1759) economista clásico, para acercar sus reflexiones al contexto presente de la agricultura tropical andaluza. Atendiendo a Samuelson, el sector capta que producir (decide), tiene conocimiento y potencial humano para conocer como producirlo (maniobra) y ostenta talento para transformar y dar valor al producto para adecuarlo a la necesidad de quien va dirigido (determina). El sector responde así, a los problemas básicos de cualquier organización económica. Además, teniendo en cuenta, la mano invisible, (el estado); término que acuñó Smith para expresar la capacidad de obtener la máxima eficiencia&hellip

la pasión es el arma más fuerte para desempeñar cualquier acción. El agricultor, en este caso, es el sujeto por antonomasia en inteligencia emocional, por su espera con paciencia e ilusión en recoger el fruto. Disfruta de cada día y aprende para perfeccionar durante el recorrido. Al final del trayecto, hoy, la ilusión se convierte en realidad. Es y ha sido el trabajo, la emoción y la pasión la que genera esta riqueza en la costa malagueña y granadina.

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