No es oro todo lo que reluce

Ha sido una semana intensa en eventos en los que el sector turístico ha alzado la voz sobre las cuestiones que más le preocupan. Y es que nadie discute el momento de esplendor que vive esta industria, pero la mayoría coincide en que este éxito no implica que todo lo que reluce es oro. Ni mucho menos. En distintos foros y con presentaciones de diferentes índole ha quedado claro que queda mucho trabajo por hacer e importantes cuestiones por abordar si los destinos no quieren morir de éxito.

La cita clave tuvo lugar el pasado miércoles, en la jornada organizada por la Alianza Turística Exceltur, que tenía como objetivo buscar estrategias para que los destinos urbanos crezcan de forma sostenible y sean capaces de conseguir que el turista disfrute de la ciudad y los vecinos de los viajeros. Los puntos sobre las íes los pusieron un importante elenco de empresarios y alcaldes de las urbes que están en el top de destinos urbanos competitivos, entre ellos Málaga, que además ha subido un escalón en el ranking hasta situarse en el quinto puesto, rebasando a Sevilla que en 2012, en el anterior monitor de competitividad, se encontraba en cuarta posición y ha bajado a la sexta.

En este foro quedó claro que los retos ambientales y la congestión de los centros de las ciudades imponen la necesidad de apostar de manera más decidida por una nueva movilidad más eficiente y de menor huella ecológica, pero además destacaron la necesidad de generar nuevos polos de centralidad del turismo. Una mayor inversión, en general, y en tecnología, en particular, fue otra de las reivindicaciones, que tuvieron en el centro de mira la proliferación de las viviendas turísticas y la presión fiscal que soportan sectores como el hotelero. Meliá avisó de que la situación empieza a ser insostenible. A nivel de gestión empresarial también se abren nuevos frentes. Además de estar a la última hay que estar preparado ante un ciberataque. El logro no es alcanzar el éxito sino mantenerlo. Mucha tarea por delante.