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LA TRIBUNA

Carta abierta a Antonio Banderas

No podemos permitir que el tacticismo y la irresponsabilidad política de algunos pongan freno a nuestra ciudad y manchen el nombre de uno de sus mejores hijos

ELÍAS BENDODO. PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA

Miércoles, 17 de mayo 2017, 08:06

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Málaga no se ha convertido en una capital cultural, en una de las ciudades más dinámicas, atractivas y con mayor proyección de Europa, por casualidad o suerte. Todo es fruto del esfuerzo, del trabajo concienzudo, riguroso y participativo de los colectivos e instituciones implicadas en el Plan Estratégico, y del liderazgo y la acertada visión de ciudad que ha demostrado Francisco de la Torre en sus diecisiete años como alcalde.

El interés que suscita Málaga, un caso de éxito digno de estudio para cualquier interesado en la gestión pública, va más allá de la publicación de reportajes en los principales diarios de España y del mundo. No hay una sola feria internacional de turismo en la que los grandes operadores privados y los dirigentes políticos de otras ciudades o regiones no expresen su admiración por la transformación que ha experimentado nuestra ciudad en las últimas dos décadas.

La peatonalización del centro histórico, la apertura a la ciudad de los muelles 1 y 2 del Puerto, el Museo Carmen Thyssen, el Centro Pompidou, el Museo Ruso en Tabacalera, el Centro de Arte Contemporáneo, La Térmica y otros muchos proyectos que han convertido a Málaga en el referente cultural, turístico y urbanístico que es hoy tienen en común dos cosas: que han sido liderados por gobiernos del Partido Popular y que han recibido el rechazo y las críticas, cuando no el torpedeo, de la oposición.

En su momento de mayor esplendor, Málaga sufre la peor oposición municipal de su historia. La forman cuatro grupos políticos de izquierdas -PSOE, IU, Podemos y Ciudadanos- que no ven más allá de sus intereses electorales cortoplacistas, que creen erróneamente que su labor es intentar destruir o bloquear los proyectos del gobierno municipal y sembrar dudas sobre cualquier iniciativa de colaboración público-privada. Pero con ello sólo consiguen defraudar a los malagueños y espantar a los inversores. Ellos pierden votos, pero todos perdemos puestos de trabajo y oportunidades.

Hay quienes creen que para ser alcalde basta con ponerse detrás de todas las pancartas de protesta -sean justas o no-, con acudir a todas las verbenas vecinales o con cambiar de criterio y rumbo cada día en función de hacia dónde sople el viento de las redes sociales. Pero se equivocan. Para ser un digno representante de Málaga lo primero que hay que hacer es tener claro que no hay nada por encima de los intereses generales de la ciudad.

Como ha pasado con el hotel de Rafael Moneo en Hoyo de Esparteros, como puede ocurrir con la torre del Puerto, la irresponsabilidad de la oposición ha puesto en peligro un buen proyecto para la ciudad, el liderado por Antonio Banderas para transformar la manzana de los cines Astoria y Victoria en un gran centro cultural y de ocio. La oposición formada por PSOE, IU, Podemos y Ciudadanos rechazó con su voto a Moneo igual que ha hecho ahora con Banderas. Con su negativa, han votado no a la ciudad.

La iniciativa de Banderas, Seguí y Starlite es la mejor y de mayor interés para Málaga de las 72 que competían en el concurso de ideas convocado con total transparencia. No se trata sólo de mi opinión particular. Es lo que dicen los miembros y asesores del jurado, funcionarios, profesionales independientes y entidades públicas, profesionales, culturales y empresariales, como son la Universidad, los colegios de Arquitectos y Economistas, la Academia de San Telmo, la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios.

Ayer, como a cualquier malagueño, me dolió leer la carta en la que nuestro actor más universal, nuestro mejor embajador, explicaba las razones por las que abandona este proyecto. Él hablaba de insultos y trato humillante. Yo hablo de injusticia. No es justo que desde determinados ámbitos, aunque muy minoritarios, se ponga en cuestión el compromiso de Banderas con su ciudad y con su provincia. Su carrera y la labor de su Fundación Lágrimas y Favores son irrefutables y por ello le estamos muy agradecidos.

Por eso, en nombre de la provincia, en nombre del partido al que represento y que ha recibido en las urnas el respaldo de la mayoría de los malagueños, me gustaría pedirle a Antonio Banderas que reconsidere su decisión, que desarrolle la propuesta ganadora para el Astoria. No podemos permitir que el tacticismo y la irresponsabilidad política de algunos pongan freno a nuestra ciudad y manchen el nombre de uno de sus mejores hijos. Antonio Banderas siempre formará parte de la historia y del presente de Málaga. Sería una pena que no siga aportando su experiencia, su visión y su compromiso a la Málaga que queremos construir para el futuro.

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