Borrar
GUADALQUIVIRIA

Un debate

Maria Dolores Tortosa

Martes, 9 de mayo 2017, 08:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

HOY empieza oficialmente la campaña de las primarias socialistas. Quién lo diría. Faltan 13 días para que los militantes del PSOE, el ombligo de la opinión pública parece ser, decidan con su voto quién será su próximo líder, si Pedro Sánchez, Susana Díaz o Patxi López.

Trece días y un debate. Después de tantos meses de guerrillas, los candidatos solo confrontarán una sola vez cara a cara. La animadversión personal entre Sánchez y Díaz es de tal magnitud que sus propios equipos han desistido de programar otro segundo debate, el de la revancha del perdedor, no vaya a ser que salten algo más que chispas y algún asesor salga electrocutado. Porque habrá quien pierda y quien gane el debate.

Después de la guerra de los avales, vendrá la del debate. El segundo asalto. En el primero ganó Susana Díaz, pero solo por seis mil firmas más que Pedro Sánchez. ¿Y qué son seis mil firmas? Nada de nada. Casi empate técnico, se ha dicho. Pero no hay empate técnico en unas primarias. Quien gane, aunque sea por un solo voto, será el próximo líder del PSOE. O lideresa.

A Susana Díaz nunca le fueron bien los debates electorales. Si se tratara de confrontar con mítines le iría mejor. En los pocos mítines en que coincidieron Sánchez y Díaz en las generales y andaluzas, ella le ganaba. Tenía más garra y gritaba menos. Pedro, cuando estaba con ella, gritaba mucho. Era insufrible. Ahora observo que Susana Díaz también grita. El más calmado parece Patxi López, que ha asumido el papel de árbitro de boxeo en las primarias socialistas.

El mal ambiente entre Sánchez y Díaz se contagia a sus equipos. «Bajemos el diapasón», dice Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, coordinador de comunicación de la campaña de Sánchez, el muñidor del efecto sorpresa de pisarle los talones en avales a Susana Díaz. Pilar Alegría, del equipo de esta, no le cree porque Pedro no ha desautorizado al alcalde de Calasparra, que llamó sultana a Susana y mafiosa a la gestora. No solo eso, Sánchez se mostró seguro de que Díaz está tan nerviosa que hará un debate agresivo.

Con estos mimbres será difícil que sea de guante blanco, como todas las partes proponen. Lo ideal sería que fuera un debate de verdadera confrontación de ideas y proyectos aunque con el preciso acaloramiento, pero las parrafadas del alcalde de Calasparra evidencian que no es eso lo que esperan algunos de los afiliados socialistas. Quieren sangre. Eso parece según lo que lee una en las redes sociales. Y no es la primera vez en la centenaria historia. Ya lo decía Rodríguez Ibarra: Al PSOE en sus cosas internas siempre le sale su vieja vena ácrata. Y algo más. ¿Un partido dividido? No, un partido poseído por todos los demonios. Quien gane tendrá un trabajo inmenso como exorcista.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios