El último plano

Claro que Esperanza Aguirre ha aplicado el liberalismo económico. Aunque lo del laissez faire lo dedicara a Ignacio González o Granados, pasos a nivel sin vigilancia. Hoy le esperaba un día difícil en el pleno del Ayuntamiento de Madrid. Iba a ser Dresde en febrero de 1945. Bomba va, bomba viene. La fuga de Roldán en 1994 obligó a Antoni Asunción, entonces ministro del Interior, a dimitir. Felipe González le agradecía el gesto pero le pedía que lo aplazara. Nadie, salvo algunos amigos (que no lo serán tanto), pedía a Esperanza Aguirre que siguiera en su puesto de concejal y portavoz del PP. De blanco, anunció ayer su tercera dimisión (tras la de la presidencia de la Comunidad en 2012 y la del partido en Madrid en 2016). Antes de que llegara Podemos, Aguirre era la mayor representante de la política espectáculo. Como Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses, siempre estaba preparada para su primer plano. También para el último.