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VIENEN CURVAS

La vida sin complicaciones

Ana Barreales

Lunes, 3 de abril 2017, 08:51

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No hace falta que nadie nos complique la vida, ya nos la complicamos solitos. Es el sino del siglo: si no tenemos problemas especiales, nos los buscamos, aunque simplemente sea metiéndonos presión sobre el equilibrio entre trabajo y vida personal o sobre si deberíamos hacer más deporte o comer más saludable o cualquier minucia relacionada con estilos de vida ideales, en realidad imposibles de llevar a la práctica.

De los muchos aventureros trotamundos que han pasado por Málaga en los últimos años los que más me han llamado la atención han sido los Zapp, una familia argentina que salió de su casa en enero del 2000 y lleva 17 años recorriendo el mundo en un coche de época. Durante ese tiempo han tenido cuatro hijos que se han incorporado al viaje. Algo alucinante visto con nuestra mentalidad española, con la que resulta un problema, por ejemplo, cuadrar las actividades extraescolares de los niños.

Lo más sorprendente es que no se trata de un plan programado como otros viajeros, que buscan financiación previa, patrocinios y más o menos cumplen una ruta. Lo de los Zapp es una forma de vida que iniciaron con 4.000 euros (que se les acabaron muy pronto) y un coche (que se les estropeó nada más salir). Desde entonces, su vida consiste en el aquí y ahora, confiar en el prójimo con la naturalidad de Kurt Cobain cuando saltaba del escenario y se tiraba sobre el público.

El resumen de su estrategia financiera consiste en plantear que te puede salir más barato viajar que quedarte en casa, todo depende del tipo de vida que quiera llevar. Una hipoteca demasiado alta puede quitar más el sueño que viajar en un viejo Graham-Paige de 1928 con los colchones en el techo del coche porque si no encuentra dónde dormir. Y eso que no suelen tener problemas. De hecho, calculan que han pasado más de 2.500 noches en viviendas prestadas, a veces les invitan a hoteles, o les regalan neumáticos o lo que se tercie. Entre eso, la venta de un libro sobre su aventura, los lienzos que pinta la mujer y las ayudas económicas que reciben de gente que sigue su travesía salen adelante.

En Europa lo que más les sorprende es cómo van de viaje con cuatro niños, sin planes prefijados y sin preocupaciones por el futuro. Hace falta tener una cabeza muy hippie para eso. Aunque esa vida parezca una locura, puede que tenga algo que enseñarnos. Alguien me recomendaba el otro día el libro «Vivir la vida con sentido», de Víctor Küppers, que pretende abrirnos los ojos para que lo que nos parece más importante en la vida sea, de verdad, lo más importante y que luchemos por ello.

En el fondo, la verdadera libertad no es tener mucho dinero, ni carecer de ataduras familiares o económicas, sino poder vivir la vida que has elegido y que esa sea la que de verdad te gusta, no la que se espera de ti.

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