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La diversidad de la transexualidad
LA TRIBUNA

La diversidad de la transexualidad

Quizás lo que hay detrás de este debate, más político que científico, no es realmente cuál es el interés de las personas transexuales sino parodiando a Alicia, ¿quién manda aquí?

ISABEL ESTEVA Y MARICRUZ ALMARAZ ENDOCRINÓLOGAS DE LA UNIDAD DE TRANSEXUALIDAD DE MÁLAGA, HOSPITAL CIVIL

Sábado, 25 de marzo 2017, 10:22

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Leemos en SUR la entrevista al profesor Gavilán y le damos la bienvenida al grupo de profesionales que se acercan a reflexionar sobre la transexualidad con el deseo de que su indagación sobre este tema sume estrategias para entender y respetar la diversidad sexual y de género. Nos llama la atención que el profesor no se aproxima enmarcando su reflexión con una perspectiva histórica. Desde su posición teórica hubiera sido magnífico contar con sus análisis cuando se diseñaron las pautas de atención biomédica que estas personas demandaron, con todo derecho, en el parlamento andaluz en 1999. Mucho nos ha costado a los profesionales implicados el explicar los modelos que la sanidad pública ha ido ofertando a estas personas y mucho queda aún todavía por conseguir, porque lo que no explica el Profesor Gavilán son las muy diferentes caras que tiene la transexualidad en su presentación, la heterogeneidad en sus demandas y las pocas voces que les representan adecuadamente. Las personas transexuales son centenares que permanecen en silencio porque no quieren convertirse en sujetos de exposición. Estas personas están ahora sufriendo las críticas de sus teóricos representantes y de los 'nuevos profesionales' que se aproximan a esta situación tan compleja pretendiendo tener respuestas para todo, y que se acercan para decirles que expresen el orgullo trans y que se hagan visibles y que por supuesto no pidan cirugías complejas porque tienen que aceptar su cuerpos tal como son. No han entendido que en los más de 1.800 casos atendidos en la unidad de Andalucía (Hospital Civil de Málaga) cada uno tiene una historia diferente, la mayoría de ellos bastantes dificultades de integración social y todavía muchos de ellos pocas estrategias para afrontarlas. Son muchas las personas que refieren una disforia e identificación extrema con el sexo opuesto y que soportan una larga lista de espera para conseguir lo que desean y sienten ser. El obligarlas a que se adapten a las expresiones de género y a la concepción de integración social de acuerdo a los esquemas dictados por otros es tan irresponsable como el mezclar la intersexualidad con la transexualidad, ó el confundir identidad con orientación o el desconocer que hay situaciones de confusión o condiciones clínicas severas que obligan a contextualizar en cada momento el comportamiento biomédico. Quizás la postura de observador y de pensador que le da su profesión al Sr. Gavilán le permita opinar sobre todo y sobre todos pero los profesionales de la salud tenemos que dar respuesta a las demandas reales, que cada día nos hacen las personas que acuden a la Unidad, de la forma más disciplinar y ética posible.

Las personas transexuales hace años se sentían ignoradas y maltratadas por la sociedad en todos sus ámbitos, escolar, socio-sanitario y judicial y cuando ya se estaban acostumbrando a ser tratadas con dignidad, empiezan a surgir colectivos y nuevas profesiones, que denuncian el 'discurso biomédico' como si éstos fueran unos maltratadores a los que sólo interesa ejercer el 'poder médico'. Quienes han puesto el punto de mira en el derribo de las Unidades de atención del sistema sanitario público le están haciendo un flaco favor a las personas transexuales actualmente existentes.

Se ha confundido despatologización con desmedicalización. Hoy la mayoría de los problemas clínicos son crónicos y muchos de ellos han iniciado, con el apoyo de los médicos y de la medicina, el camino de la despatologización. Esta ha sido la manera de que el principio de autonomía no fuese una mera retórica y se encarnara en lo que se llamó de siempre relación médico-enfermo y que ahora es sobre todo una relación médico-ciudadano. Ya Laín en los años cincuenta llamó a esta nueva relación 'amistad médica'. Eso es lo que los buenos médicos terminan teniendo con los pacientes. Una relación de respeto mutuo y de amistad en el sentido de Laín. Hoy las personas transexuales necesitan de la atención médica para reconstruir su identidad, pedirle a un médico que intervenga, a veces de manera irreversible, a una persona sin que se le permita hacer un juicio previo sobre la bondad de esta intervención es algo a lo que ningún profesional responsable debería ceder. Los médicos no somos el enemigo como ciertos teóricos y algunos líderes del movimiento transexual quieran hacer creer a la opinión pública. ¿Por qué no publica la Consejería de Salud las encuestas de satisfacción que la misma Consejería hizo sobre una muestra de más de 500 personas atendidas en la Unidad? La percepción que la sociedad tiene de la transexualidad ha cambiado mucho y a ello ha contribuido en buena manera la normalización de la atención a estas personas dentro del sistema público. Invitamos al profesor Gavilán a que comparta alguna de nuestras consultas para evidenciar su diversidad y escuchar en directo sus requerimientos. A medida que el sistema público se desentienda de la asistencia, las personas transexuales buscarán la atención en la medicina privada en donde todos los discursos de antropólogos y de líderes radicales del movimiento trans, se convertirá solo en una cuestión de dinero. Quizás lo que hay detrás de este debate, más político que científico, no es realmente cuál es el interés de las personas transexuales sino parodiando a Alicia, ¿quién manda aquí?

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