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LA ROTONDA

Maricomplejines

Pedro Luis Gómez

Sábado, 11 de marzo 2017, 10:07

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LA ITB de Berlín sufrió ayer de primerab mano la huelga del personal de tierra de los aeropuertos, que mantiene aislada por vía aérea a la capital de Alemania con cientos de vuelos suspendidos y con la inquietud de que nadie sabe cuándo se va a solucionar el conflicto laboral, cuyo origen radica en la diferencia de 1 euro por hora extraordinaria trabajada entre lo que piden los poderosos sindicatos aeroportuarios germanos y la patronal. Nunca un euro (exagerando, ya me entienden ustedes) costó más dinero y dio más quebraderos de cabeza. Obviamente, los trabajadores no eligieron la fecha al azar, sino que sabían que Berlín albergaba en estos días la mayor concentración de profesionales y empresarios turísticos del mundo y que la repercusión de su protesta podía tener mucha más resonancia. No se han equivocado, porque incluso han dejado medio vacía la feria, porque miles de personas se han tenido que buscar la vida (y nunca mejor dicho) para regresar a sus casas. Con Berlín sin transporte aéreo, los escasos vuelos (estamos en temporada baja) de ciudades cercanas y la falta de plazas para tal demanda en las conexiones férreas, Berlín ha sido (es) un caos, y entonces ocurre como cuando ves el recuento de votos de Bush y Al Gore (que duró semanas) o la equivocación de los Óscars, o tantas y tantas cosas... que nos dan a entender de que somos mucho mejores de lo que pensamos y por supuesto que nuestro país, o sea España, funciona mucho mejnor de lo que nos creemos. Pasa que siempre pensamos que lo de fuera es mejor que lo nuestro, pero no es así. Es una visión cateta y landiana (con todos mis respetos a mi recordado amigo Alfredo), que también habla de la poca autoestioma que nos tenemos. Viendo el caos de ayer, o cómo por un billete de tren a Hamburgo (en el AVE de aquí, que ya se pueden reír ustedes) te cobran 128 euros para un trayecto de dos horas y media sin asiento asignado, sin un mísero café y sin un puñetero enchufe... o cómo al salir de la feria por no haber taxis la cola de sufridos usuarios llegaba a durar más de una hora hasta conseguir uno, o simplemente viendo la nula seguridad existente en lugares de grandes aglomeraciones como en la propia sede de la ITB o en las estaciones de tren (no olvidemos que en teoría Alemania está en máxima alerta por las amenazas terroristas), para darse cuenta cualquiera de que en nuestra casa somos mucho más eficientes y hacemos las cosas mejor de lo que creemos. No tenemos nada que envidiar, y por supuesto para nada sonrojarnos cuando fallemos en algo, porque por estos lares son mucho más chapuzas de lo nadie pueda imaginar, pero como en tantas cosas de la vida, los españoles sufrimos eso que podríamos denominar 'sensación de maricomplejines', cuando no es así ni mucho menos. No seremos mejores que los demás, pero que se nos quite de la cabeza lo contrario. Si estuvieran en Alemania hoy se darían perfecta cuenta de lo que les digo. Bendito país el nuestro, incluida su siesta... Desuiciados viendo a ver cómo regresamos a Málaga, pero felices por el chute de autoestima. Digo.

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