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El nuevo huésped

Pilar Martínez

Domingo, 5 de marzo 2017, 00:32

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A principios de los noventa irrumpía en Estados Unidos, extendiéndose como la pólvora en poco tiempo y con gran fuerza por Europa, un nuevo modelo de transporte aéreo. Las aerolíneas de bajo coste Easyjet y Ryanair comenzaron a ofrecer vuelos a precios baratos, rompiendo los esquemas de sólidas compañías aéreas de bandera que nunca pensaron que estas nuevas aerolíneas que vendían viajes en avión a precios irrisorios les arrebataran su férrea hegemonía en el sector. Una década después, los datos no sólo confirmaban la consolidación de este negocio de low cost, sino que alertaban de una profunda transformación en la forma de viajar. De hecho, el volumen de turistas que comenzaban a mover despertó el recelo de los destinos que consideraban que estos viajeros no eran de su interés, rebajándoles a la categoría de mochileros, con poca capacidad de gasto. Ahora estas compañías lideran el ránking de pasajeros en el aeropuerto de Málaga, mientras que las tradicionales han tenido que realizar profundas reestructuraciones para adaptarse a este nuevo viajero. Unos cambios que les han permitido levantar el vuelo, tras unos años en los que algunas les vieron, muy de cerca, las orejas al lobo. Este germen del low cost caló de la mano de Internet, una red que provocó que la historia se repitiera en el sector de las agencias de viajes, con la proliferación de grandes portales de reservas hoteleras o de avión. Tampoco aquí la sangre ha llegado al río, porque el sector se ha puesto las pilas para convivir y sacar partido de esta nueva forma de contratar viajes on line. La especialización y un servicio personalizado han sido las tablas de salvación de las agencias que han superado el impacto on line. Ahora, la revolución llega al sector del alojamiento. El mercado evidencia la irrupción imparable de un nuevo huésped que se decanta por las viviendas turísticas o por los apartamentos antes que por los hoteles. La experiencia señala que la receta para sobrevivir es reinventarse.

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