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FALSO 9

GANAR CANSA

José Antonio Garriga Vela

Viernes, 3 de marzo 2017, 09:00

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Tres años son mucho. Tres temporadas en el Barcelona, ocho títulos y tres meses de prórroga en los que pueden ocurrir muchas cosas. Luis Enrique se va porque no sólo trabajar sino incluso ganar cansa. Lo dijo el miércoles por la noche, después de endosar seis goles a su equipo del alma y precisamente el día que el Barça retomaba el liderato. Tres, cuatro años, es la esperanza de vida de un entrenador en un club que exige atención plena las veinticuatro horas del día. Después de esta experiencia, la vida es un descanso. Los entrenadores que dirigen los grandes clubes saben el riesgo que corren. No es fácil estar en el punto de mira constantemente. Luis Enrique lo ha llevado bien, a su estilo, como ha sido siempre.

La decisión de dejar al equipo la próxima temporada la tomó hace algún tiempo, pero lo comunicó en el mejor momento, cuando el equipo azulgrana batalla en todos los frentes. Ahora se abren las puertas que parecían cerradas hace tan sólo un par de semanas. No es lo mismo jugarse la vida en tres meses sin pensar en nada más, que perder fuerzas planeando la próxima temporada. Ahora todo consiste en hacer una piña y luchar a muerte, luego ya se verá qué pasa. ¿Se tirará 'Lucho' un año sabático, como hizo Guardiola en Nueva York, o se dedicará a desconectar del reto diario y la competición practicando ciclismo con los amigos, viajando y aprendiendo otros idiomas del fútbol? Quién sabe lo que puede pasar en el futuro. Igual Messi acaba su carrera deportiva en el Club Atlético Newell's Old Boys de Rosario, Iniesta en el Rayo Fuentealbilla y Luis Enrique en el Sporting de Gijón. Los clubes de sus respectivas infancias, los lugares tranquilos de la memoria.

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