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LA ROTONDA

El difícil equilibrio...

Pedro Luis Gómez

Sábado, 25 de febrero 2017, 10:22

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El equilibrio es una de las cosas más difíciles de mantener, aunque parezca fácil. Además, ocurre en todos los ámbitos de la vida. Aquí, en Málaga, no somos precisamente expertos funambulistas, en el sentido de que aprendemos a base de caídas, que siempre duelen, aunque algunas, las más, sean con red. La Málaga museística y turística ha nacido tras años de búsqueda de lo que queríamos, que era, precisamente, eso, lo que hoy somos. Ocurre que algunos quieren una Málaga cultural sin tantos museos y una Málaga turística sin tantos turistas, jopé, y eso miren, de verdad que es complicado...

No se trata, en ningún caso, de que Málaga entre de lleno en el fenómeno denominado 'disneyficación', término acuñado felizmente por el profesor Peter Fallon hace casi 30 años (ya ha llovido desde entonces) para describir el proceso según el cual un lugar real es desprovisto de su carácter original para ser sustituido por un decorado, como el mundo de Disney, todo cartón piedra. Para nada. Pero tampoco podemos ahora que hemos topado con la piedra semi filosofal, intentar quedarnos con los beneficios y eliminar los perjuicios. Mala cosa si no sabemos lo que queremos, pero peor si no sabemos cómo... La Málaga turística ha adecuado su escenario urbano, para el foráneo, pero también para el local. No olvidemos que de la Málaga animada y con ambiente también se beneficia el contribuyente que paga ibi, basura, agua y luz en la ciudad, que huye de espacios sombríos y solitarios, que ve cómo llegan ingresos a su hábitat. Lo que hay que hacer es, repito, buscar el equilibrio, pero la atrocidad de suprimir todas las terrazas de tres calles concretas dejando las del resto impunes es, cuanto menos, sorprendente y desde luego otro ejemplo de ese funambulismo criado a base de porrazos... Aquí nos hemos dado otro buen leñazo, lo que no sé es si será con red (si la absurda decisión es rectificada) o sin ella (si se mantiene). No podemos querer muchas camas hoteleras y maldecir a los apartamentos turísticos, o viceversa, no podemos hacer un criadero de estos en detrimento de nuevos hoteles. Está Málaga en un momento dulce, de moda a nivel nacional e internacional, como lo demuestran los artículos en periódicos consagrados mundialmente y el interés que demuestra la capital costasoleña en foros de inversores internacionales. Hemos encontrado el hueco, nos ha costado, pero ahora parece que nos duelen prendas para mantener ese equilibrio y empezamos con la pureza de los papistas que son más que el papa en frase hecha y conocida por todos. Una Málaga turística y cultural sin turistas, sin hoteles, sin terrazas, sin museos, sin autocares y sin todos esos inconvenientes no es posible. De esa Málaga con todo también nos beneficiamos los nativos. Equilibrio, please.

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