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ANDALUCÍA EN EL DIECISIETE

La soledad de Susana Díaz

Maria Dolores Tortosa

Domingo, 5 de febrero 2017, 10:24

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Esta semana que termina ha sido de gran presión para Susana Díaz. Hasta tal punto que por primera vez en el año de foco perenne sobre su figura política se le ha visto más sola que nunca y a su entorno desazonado y nervioso. Es conocido que Díaz se ha trabajado una carta de presentación para ganar las primarias socialistas como gestora de izquierdas con la sanidad y educación como bandera y tejedora de alianzas y estabilidad frente al populismo para crear empleo. La crisis hospitalaria, la reaparición de Sánchez y el abandono de Ciudadanos han roto estos esquemas.

Los acontecimientos parecen haberse conjurado para deslucir esta imagen justo la semana de su pipa de la paz con Kichi, el alcalde de Cádiz, de la línea más izquierdista de Podemos; y de la firma de un importante acuerdo de la presidenta con sindicatos y empresarios en Andalucía, un ambicioso plan de industrialización con 52 medidas largamente solicitado por las empresas y asociaciones profesionales como las de ingenieros. El objetivo es salir del túnel del paro con nuestros propios medios y recursos, el largo sueño prometido y nunca hecho realidad de todos los gobiernos de la Junta socialista.

Los goles comenzaron con la mediática resurrección de Pedro Sánchez en Dos Hermanas el sábado, tapando su mensaje en Alcalá de los Gazules de reivindicación de la historia del PSOE para escribir su futuro. La desazón fue tal que hizo saltar por los aires al contenido Juan Cornejo, su voz en el PSOE andaluz: «¡Ya está bien de demagogia y mentiras!», dijo sobre el discurso del auto proclamado 'candidato de la izquierda'. La polarización que busca Sánchez le puede perjudicar. La victoria del izquierdista Benoit Hamon en las primarias socialistas de Francia pudo influir también en el estallido de Cornejo. Hay que ser menos moderados para ganar.

Segundo gol. La vuelta al Parlamento implicaba verse las caras con los líderes de la oposición a 'porta gayola' tras las multitudinarias mareas sanitarias. Susana Díaz quiso amansarlos con los ceses de dos altos cargos de la Consejería de Salud inmediatamente por debajo del consejero en el escalafón Solo sirvieron para darles más razones en contra de su gestión de la crisis hospitalaria.

Hasta su aliado Ciudadanos dio la espantada y se ha amigado en este asunto con el PP-A, a cuyo líder Susana Díaz le arreó: «¡A usted la sanidad pública le importa un pimiento!». ¿Otro estallido calculado o pérdida de nervios? No salió airosa de las formas y tampoco del fondo. Como le dijo Maíllo, no es más ciego que quien no quiere ver. Las intervenciones triunfalistas de Alonso y ella sobre la sanidad andaluza cuando hay descontentos que salen a la calle solo avivan el rescoldo. Culpar del enfado de profesionales y usuarios a un decreto de Rajoy de 2012, aún siendo el origen de los recortes, no arregla la situación. Como ocurrió en 2010 con los funcionarios, la movilización viene de dentro. Hay un problema y hay que solucionarlo, aunque se hayan hecho muchas cosas estupendas en la sanidad pública andaluza, sea de las mejores de Europa y se tengan garantizados todos los servicios. La percepción general no es esa. Hay boquetes y listas de espera insufribles.

Díaz ha tardado en coger el toro por los cuernos y lo hará obligada por la alianza en su contra de toda la oposición, que le está aplicando la misma medicina que ella inspira al PSOE para el Gobierno de Rajoy. Habrá un debate general sobre la sanidad pública en el Parlamento por la petición unánime de la oposición, cuando si lo hubiera planteado ella hubiera quedado como una reina. Al menos al llevar la iniciativa hubiera tenido más mano para negociar con su tradicional aliado. Ahora lo tiene con el PP en esta batalla. Una mudanza que habrá que seguir observando después del congreso de Ciudadanos este fin de semana y los acuerdos de este partido con el PP a nivel nacional, una vez que abre la puerta a formar parte de gobiernos de coalición.

El futbolista y entrenador Jorge Valdano introdujo la reflexión sobre la soledad del jugador que custodia la portería, al que se le conoce como guardameta, portero o cancerbero. La mitología y la literatura describen al cancerbero como el perro de tres cabezas guardando la puerta del infierno. La Real Academia añade otra acepción a esta palabra: Portero o guarda severo o de bruscos modales.

Esta semana por primera vez se ha visto a Susana Díaz más sola que la una y a su entorno con rostros severos ante la presión enorme que soporta. Quedan casi cuatro meses para las primarias. Si Susana Díaz sale de esta y gana pese a todos los goles, desde luego el PSOE podrá asegurarse una líder con un vigor a prueba de un campo de minas. Lo que no es poco en estos tiempos.

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