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EL ALFÉIZAR

Todo a su tiempo

RAFAEL J. PÉREZ PALLARÉS

Lunes, 16 de enero 2017, 09:24

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El pequeño preguntó hace días ¿cuándo vuelven los Reyes? Ante esa pregunta cargada de sentido los adultos sonrieron. Respondieron que el año que viene. Todo a su debido tiempo.

Se ha presentado el extraordinario cartel de Semana Santa de Málaga. Que también llegará a su tiempo. Hay que felicitar al pintor malacitano Raúl Berzosa por su obra. Una pintura preciosa que de profundo sentido y simbolismo religioso anuncia lo que está por venir. Que llegará. Pero en su momento. Coincidirá con la primera luna de primavera. Antes hay que dejar paso al Carnaval. Que también cuenta este año con un cartel significativo y muy malagueño. Que todo hay que reconocerlo aunque no se fuere un devoto fan de la fiesta pagana. Una celebración que también llegará y terminará. Como todo. Es recomendable que el Carnaval finalice justo antes de comenzar la Cuaresma. Mantendría su sentido histórico y tradicional. Y eso es bueno: que crítica y burla; arte y compás se alíen para denunciar y manifestar una manera particular de entender la vida. En contraste crudo y real con lo políticamente correcto.

Luego irrumpirá la Cuaresma y la Semana Santa convirtiendo la ciudad en todo un escenario y espacio urbano para que cristianos católicos y amantes de la belleza y tradiciones disfruten de los misterios centrales de fe cristiana: la pasión, asesinato y resurrección de Cristo.

Una fiesta religiosa que coincidirá con la irrupción de la primavera. Donde todo estalla en color y olor. La naturaleza pedirá paso a dentelladas fuertes y calientes. Porque el mundo no tiene los pies desnudos cuando llega la primavera: se calza sus mejores galas para vivir en plenitud la llamada de la vida tras el crudo invierno. Pero todo a su tiempo.

La vida misma. Conviene aprender de la naturaleza y de la concatenación de fiestas para descubrir la necesidad de vivir las cosas cuando tocan. Es necesario evitar urgencias, prisas o adelantos. Urge entender la vida y sus ritmos por muy necesario que se considere hacer todo muy rápido. Ayudará a ser mejores personas. Personas más espirituales y contemplativas. El silencio y la serenidad serán grandes aliados. El ritmo impuesto en la actual sociedad que ha alcanzado incluso a algunos conventos de clausura agobia, estresa y destroza. El ser humano está hecho para vivir. No para correr a tiempo y destiempo. La vida está hecha para disfrutarla. No para digerirla atragantadamente.

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