Borrar
Hay un problema
LA LUPA

Hay un problema

La concejala de Urbanismo admitió esta semana que la tramitación de las licencias de obra en Marbella tardan demasiado. Reconocer que existe una dificultad en lugar de negarla constituye el primer paso, tímido pero imprescindible, para comenzar a solucionarla

Héctor Barbotta

Domingo, 15 de enero 2017, 10:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Existen seguramente muchas formas posibles de resolver problemas, sobre todo si se trata de problemas complejos, pero todos los caminos se inician invariablemente en el mismo punto de partida: reconocer que el problema existe.

Esta semana, la concejala de Urbanismo de Marbella, Isabel Pérez, dio ese primer paso imprescindible para comenzar a resolver uno de los más graves problemas que sufre la ciudad. Reconoció públicamente que la tramitación de las licencias de obra tardan demasiado. Parece un canto al optimismo celebrar que se reconozca una obviedad por la que están clamando profesionales, empresarios y cualquier persona vinculada al sector de la construcción, pero el reconocimiento del problema y la expresión de la voluntad de solucionarlo es mucho más de lo que teníamos. Hasta ahora el problema se negaba -no la concejala, hay que reconocérselo, sino otros miembros del equipo de gobierno-, se subestimaba e incluso se disparaba contra el mensajero que lo contaba. Muy recientemente una reunión concertada con una asociación empresarial que se atrevió a mencionar este problema fue repentinamente cancelada después de que la posición del colectivo fuese citada por este periódico. Castigados por quejarse.

No es que la edil haya utilizado las palabras a las que muchas veces se recurre para describir el problema -parálisis, bloqueo, embotamiento-, simplemente ha dicho que las licencias tardan, que se trata de un problema que se arrastra desde hace años y que es difícil pensar que en Marbella una licencia pueda estar en cuatro meses como sucede en municipios vecinos.

Pérez tiene toda la razón cuando recuerda que se trata de un problema que se arrastra desde hace años. El retraso en la concesión de licencias no llegó con este gobierno municipal, ni se trata de la confirmación de las profecías apocalípticas que se lanzaron cuando el tripartito desalojó al PP del gobierno municipal. Muchas veces, aunque entenderlo no suele estar dentro de los marcos mentales con los que se razona en los partidos, mencionar un problema, criticar lo que hace o deja de hacer el político de un signo no supone darle la razón al del signo contrario.

Urbanismo arrastra un problema estructural que es herencia directa de los años más oscuros del GIL y que tiene su expresión no solamente en la terriblemente compleja situación urbanística de la ciudad, sino también en los corsés con los que se trabaja en esa delegación, donde todo lo que se ha visto en estos años y la traumática experiencia en los tribunales actúan como un agente disuasor que atenta contra la agilidad. Si a ello se le suma la escasez de personal y la falta de un Plan General adecuado a las necesidades de la ciudad ya tenemos la tormenta perfecta. Entender la dimensión del problema, y no obcecarse en ignorarlo, y mucho menos conformarse con que ya existía antes, es un primer paso esencial para comenzar a resolverlo.

Acosol: consenso puertas afuera

Esta semana se ha despejado una de las incógnitas con las que había acabado el año anterior: el nombre de la persona que sustituirá a Juan Carlos Fernández Rañada al frente de Acosol, la empresa pública dependiente de la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental. Esta sociedad, que maneja ingentes cantidades de recursos, ha tenido a lo largo de la historia unos consejeros delegados con perfil técnico y también otros con marcado perfil político. Entre estos últimos figuró no hace mucho el actual alcalde de Marbella, José Bernal, para quien su partido vio en Acosol una plataforma que el entonces flamante secretario general del PSOE de Marbella supo aprovechar.

El nuevo consejero delegado, el secretario general del PP de Marbella, Manuel Cardeña, tiene ese mismo perfil político aunque llega de una manera diferente. El PP ha optado por no imponer su candidatura, sino conseguir un mínimo consenso entre todas las fuerzas representadas en la Mancomunidad para que Cardeña llegue investido de un halo de consenso. De hecho, su confirmación como el candidato que el PP propondrá a la junta de Acosol antes de que concluya enero sólo se produjo después de que, tras una reunión mantenida con el alcalde, José Bernal, el propio Cardeña obtuviera la confirmación de que los socialistas no votarán en contra del nombramiento.

Mientras Ángeles Muñoz protagoniza otra más de sus dilatadas ausencias -su última comparecencia pública fue el 23 de diciembre-, toda la operación para designar a Cardeña se pilotó desde la dirección provincial del Partido Popular.

El próximo consejero delegado ya ha conseguido el beneplácito del resto de los partidos, que bien votarán a favor o a lo sumo se abstendrán en la votación, tal y como le había encargado la presidenta de la Mancomunidad de la Costa del Sol, Margarita del Cid. Pero es posible que todavía tenga que trabajarse el respaldo de algunos compañeros de su propio partido. Hay quienes ven con ciertas reservas la acumulación de cargos de los tres ediles que acompañaron a Ángeles Muñoz en la travesía del desierto del PP durante la última etapa del gilismo -Kika Caracuel (vicepresidenta de la Diputación Provincial), Félix Romero (diputado autonómico) y el propio Cardeña (secretario general del PP y ahora también consejero delegado de Acosol)- mientras que la mayoría de los que llegaron más tarde y formaron parte del aluvión que llevó al PP en 2007 por primera vez al poder municipal en Marbella han tenido que reintegrarse a sus antiguas ocupaciones cuando la formación pasó a la oposición. Construir el consenso interior para su nueva tarea posiblemente le requiera a Cardeña al menos tanta dedicación como la que le llevó a asegurarse que no tendría votos en contra de los otros partidos.

Ayuntamiento: diferencias con los oales

En pleno debate presupuestario el equipo de gobierno municipal puede estar a las puertas de una discusión en la que surjan diferencias de las importantes. Después de que se aprobara la integración de los oales en la plantilla municipal, existen al parecer diferencias de criterio acerca de cómo debe abordarse esa operación. Mientras que hasta ahora se ha entendido que debe haber una integración directa de los trabajadores, en OSP hay voces que recuerdan que quienes hoy están en esos órganos entraron al Ayuntamiento sin proceso selectivo, y que por lo tanto esta es una buena oportunidad para realizar ese proceso y no convalidar por las buenas el resultado de aquella práctica de enchufismo sistemático y masivo que caracterizó a los gobiernos de Jesús Gil y cuya herencia arrastra aún el Ayuntamiento.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios