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GOLPE DE DADOS

Una historia de play-back

Alfredo Taján

Jueves, 29 de diciembre 2016, 09:56

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El play-back estaba de moda en la época en que el grupo musical Radio Futura compuso e incluyó la canción, titulada precisamente 'Historia de play-back', en su álbum 'La ley del desierto', datado en el ya lejano 1985; 'Una historia de play-back' es uno de los mejores temas de esta banda, por su medio tiempo, por la voz quebrada de Auserón, pero sobre todo por su letra: «No digas una palabra más/no me fío de ti ya oí/ esto en algún lugar y no/ te lo has aprendido bien/ Es una historia de play-back/ alguien dicta en la sombra y tú sólo mueves los labios.»; se trata del retrato musical de una traición, un relato acerca de la derrota de un proyecto en común viciado por el miedo y la cobardía. En la letra de Auserón todos resultamos derrotados, incluso la parte que cree alzarse con la victoria, la que miente más que parpadea, la media manzana donde habita el gusano sin vastos jardines sin aurora, donde solo somos memoria de una piedra sepultada entre ortigas. Siempre intuí que los oyentes de esta pieza maestra del pop hispano éramos succionados, cada vez que la escuchábamos, por un agujero negro que nos hacía volver a seleccionarla una y otra vez en el vinilo.

Pero una historia de play-back es también la que estamos experimentando a principios del siglo XXI, que de principios tiene poco y de falsificación y máscara, mucho. Afirmo esto porque hoy por hoy el ciudadano de a pie no puede probar ni asegurar nada de lo que sucede a su alrededor sin proferir alguna blasfemia, todo está sometido a un aire de sospecha, las crónicas están sujetas a intereses que tampoco deben ser tan repugnantes porque si lo fueran la tierra se habría convertido en una pestilente ciénaga. Eso sí, una enrarecida y recelosa brisa invade cualquier acontecimiento, hasta los grandes mitos desaparecidos este año, prolífico en despedidas, no se libran de las habladurías: que si murió de esta forma o de otra, que era drogadicto o gay o putañero o cornudo o yo qué sé, que no estaba muerto, que estaba de parranda.en fin, versiones sobre la verdad, y la verdad, como dijo Bioy Casares, «es solamente lo que la policía quiere que le contemos».

Y no le podemos contar a la policía más que lo que sabemos, o sea, muy poco. Aún así me resisto a que determinadas verdades sean tan crudas, por ejemplo, ¿es verdad que algunos gobiernos supuestamente democráticos venden armas a desaprensivos y se llevan comisiones?, ¿es verdad que mueren de hambre miles de personas al día o que los sistemas de educación están planeados para fracasar o que previamente se conoce que va a suceder un acto terrorista y se deja estar para mantener en vilo a los ciudadanos?, ¿es verdad que el cielo iluminado de una calle principal no es más que una reedición del romano 'pan y circo'? ¿Es verdad la verdad? A lo mejor no somos más que los protagonistas de una historia de play-back y alguien dicta en la sombra y nosotros solo movemos los labios.

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