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Mis notas

Análisis de la derrota del Unicaja en Andorra

José Miguel Aguilar

Miércoles, 28 de diciembre 2016, 07:31

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1-Desilusión

El Unicaja perdió ayer una ocasión pintiparada para ilusionar a su gente. Tenía todo a favor para hacerle un guiño a una afición incrédula con un equipo que en el mismo partido es capaz de crear alborozo y luego defraudar a raudales. En Andorra logró una ventaja de 15 puntos en un primer tiempo espléndido y terminó perdiendo por culpa de una segunda mitad infumable, lamentable, decepcionante. Aspiraba a una victoria que le acercara a su objetivo de ser cabeza de serie en la Copa del Rey de Vitoria además de quedar empatado con el tercero en la clasificación tras esta jornada y finalizó el partido con un pésimo sabor de boca y con demasiadas dudas sobre su juego.

2-Espejismo

Los primeros quince minutos del conjunto que entrena Joan Plaza en una pista que esta temporada aún no conoce la derrota fueron de un altísimo nivel, con fluidez en el juego, un gran movimiento de balón y acierto en el tiro. Su dominio fue tal que alcanzó una renta considerable, y a tenor de su comportamiento parecía insalvable para el cuadro local. Ese 24-39 en el minuto 16 era consecuencia de una superioridad notable, y con Alberto Díaz, ayer titular, como el más valorado de su equipo.

3-Paso atrás Los números del Unicaja tras el descanso fueron ciertamente preocupantes: se olvidó de jugar, dio una imagen de equipo perdido en la cancha con la única obsesión de acertar en el triple. Cuando se optaba al triunfo, Plaza ordenó jugar sin pívots. La conclusión es que sólo capturó 10 rebotes en los segundos veinte minutos (9 menos que al principio) y concluyó el choque con más triples lanzados que tiros de dos. Así puede ganar algún partido, pero es imposible ambicionar un objetivo claro. La ilusión se disuelve como un azucarillo.

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