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VIENEN CURVAS

La hora de Bendodo

Ana Barreales

Lunes, 19 de diciembre 2016, 08:40

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Hay veces que callando se dicen más cosas que si se hablara. Eso ha pasado con Bendodo, que ha guardado silencio unos días, porque tiene un papel difícil como supuesto sucesor de un alcalde que después de 16 años anuncia que no repetirá, pero que va a terminar la legislatura cuando aún faltan más de dos años. Unos días después de esquivar actos llenos de periodistas ansiosos se animó a decir: «Sólo aspiro a seguir aprendiendo de Francisco de la Torre», sin aclarar si será él el candidato del PP. Unas palabras que tienen el mismo significado que cuando este fin de semana le preguntaban a Susana Díaz en Málaga por su futuro y contestaba: «Estoy centrada en Andalucía».

Son ese tipo de cosas que dices cuando tienes a un batallón de reporteros que te persiguen de acto en acto y llegas a la conclusión de que algo tendrás que decir que quede bien, no te descarte y tampoco te comprometa. La traducción sería algo así: no me interesa que me preguntéis ahora de esto y no pienso decir todavía lo que voy a hacer, pero como vais a seguir insistiendo, ahí va una frase para que os calméis un poco.

Tiene cierta gracia que los mayores piropos que Bendodo ha dedicado a De la Torre lleguen precisamente cuando ha anunciado que se retira. Líbreme Dios de la hora de los halagos, que decía aquel.

Ser alcalde, para lo bueno y para lo malo, no tiene nada que ver con ser presidente de la Diputación. Igual que ser consejero de Salud es muy distinto que serlo de Turismo. La Diputación no tiene muchas funciones básicas y su presupuesto le da para cumplir de sobra con sus obligaciones, inventarse iniciativas (incluso algunas que salen rana como el museo taurino) y repartir 'propinas' para ayudar a algunos pueblos a pagar el IBI. En un ayuntamiento pasa muchas veces lo contrario: hay que hacer encaje de bolillos para cumplir con todas las obligaciones y poder ejecutar algún proyecto, salvo que haya otras administraciones que arrimen el hombro. La gestión municipal está mucho más escrutada y criticada, algo a lo que, probablemente, Bendodo no esté acostumbrado. Claro que un ayuntamiento como el de Málaga da también mucha relevancia.

Que ambos terminen su mandato en sendas administraciones va a ser muy difícil, rayando lo imposible, utilizando el lenguaje de De la Torre. Por otra parte, hay compromisos pendientes, el más cercano, la decisión de hacer el metro hasta el hospital Civil o de romper el acuerdo, que en ambos casos supondrá un montón de millones que tendrán que salir de las arcas municipales. No parece que un alcalde que acaba de anunciar que no repetirá esté en condiciones de tomar esa decisión en solitario, sin contar con su partido.

Por más que Bendodo se esfuerce en ocultarlo, hoy por hoy parece más incógnita el cuándo y el cómo que el quién. Porque desde luego, no parece que el PP vaya a convocar una 'operación candidato' para elegir sucesor.

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