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carismas y carambas

EL COCIDO DEL MARQUÉS

JACQUELINE CAMPOS

Sábado, 17 de diciembre 2016, 10:28

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Siete días nos separan de la Nochebuena, primera de las fiestas que celebraremos junto a los nuestros alrededor de una opípara mesa vestida con las mejores galas que cada bolsillo pueda permitirse. La cuestión es que para entonces nuestras carnes soportarán algún kilo de más, debido a que la mayoría ya habremos disfrutado de almuerzos, cenas y copas entre amigos y compañeros de trabajo. Las comidas de empresas son una de las tradiciones más arraigadas en nuestra cultura que datan de antes de Cristo, así como lo oyen. Los romanos, con el fin de subir la moral a sus ciudadanos tras las derrotas militares, celebraban la Fiesta de los Esclavos para la cual posponían guerras y negocios durante siete días, liberaban por unos momentos a los esclavos y entre todos se intercambiaban regalos alrededor de un gran banquete sin importar los roles de cada cual. Más de dos mil años después, seguimos con las mismas.

De entre todas las citas tradicionales, una destaca en nuestra ciudad. El Cocido del Marqués de Nájera, gracias al cual nos reencontramos grandes amigos desde hace muchos años. Una tradición que debemos agradecer, tanto por el esfuerzo que supone preparar unas viandas de tal calibre para más de doscientos invitados, como por perseverar en una cita que celebra su cuarenta y cuatro aniversario. Seguro que el Marqués, D. Ángel Fernández de Liencres y de la Viesca, allí donde esté se mostrará muy orgulloso de ver como sus sucesores han sabido continuar con la digna costumbre de sentar alrededor de una mesa a sus colaboradores más directos con motivo de la Navidad. Y damos fe que, pese a los acontecimientos tanto favorables como adversos por los que ha pasado este establecimiento hotelero, hoy en día sigue manteniendo esta celebración tan señalada.

Marbella tiene desde los años sesenta uno de los hoteles más carismáticos de la Costa del Sol en una de las urbanizaciones claves de la ciudad. De las treinta y cinco habitaciones iniciales en la Marbella de los pescadores, se ha convertido en un 5 estrellas Gran Lujo de más de ciento setenta estancias, que ha merecido el sello 'Q de Calidad'. Un reconocimiento de los de verdad, como bien saben los auténticos profesionales de la hostelería, no de los que se pagan ni se inventan algunos. Un premio a la calidad turística que avala el trabajo de un director, Fernando Al-Farkh, quien ha sabido seguir la estela de sus antecesores que engrandecieron la profesión en Marbella. El gran maestro Rafael de la Fuente, Gonzalo Lasso, Santiago Payo, Agustín Picazo, Salvador Ríos, son nombres propios a los que esta ciudad turística debe un continuo reconocimiento.

En los fogones de este hotel se llevan poniendo a remojo lo garbanzos hace muchos años, una cocina que ha sido testigo de gustos y manías de famosos, grandes acontecimientos y platos exclusivos creados por el famoso Goyo, Gregorio Camarero, que junto a la excelencia del restaurante, merecieron la primera estrella Michelin de Marbella. Después, otros grandes como Cristóbal Rueda, Thomas Stork o Sebastian Conejo han sabido defender la alta gastronomía dentro de un hotel, aún en los momentos en que una cosa no era sinónima de la otra.

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